sábado, 26 de octubre de 2019

El hilo rojo

No suelo hacer reseñas de antologías de relatos porque es muy difícil hacer una valoración global de un conjunto de historias de diferentes autores. Pero los relatos de esta antología guardan algo muy importante en común: el amor.

Coordinada por David Pierre y Miriam Beizana Vigo y con las ilustraciones de Gemma Martínez, esta antología reúne una serie de relatos que hablan de las muchas formas de amar.
Con 288 páginas, la idea original bailaba alrededor de la magia del primer amor. Y eso es lo que convirtió El hilo rojo en "una antología de amor, fantasía y ciencia ficción".
Son 12 los relatos que participan en esta antología, relatos que bailan entre la fantasía más pura hasta el realismo más desgarrador, pero siempre con un hilo conductor: el hilo rojo del amor.
Pero esas historias no sólo nos hablan del amor romántico en todas sus formas, sino algo tan importante como el amor a uno mismo.

Los relatos que componen esta antología son los siguientes:

"Algo más grande que el universo", de María Acebes
     "El chico de la cocina", de L. J. Salart
          "Tempus hibernum", la obra ganadora de la antología,
creada por Irene Morales Fernández
               "Cáscaras de pipas", de Rosario Cosano (Archange)
                    "En el valle de la perseverancia", de Laura Arenas
                         "El viento del jamsin", Andrea D. Morales
                              "Svieti Ubiytsa", de Lupe J. Mateo
                         "Caleidoscopio del 28 de marzo", de Celia Añó Espí
                    "Conectadas", de Desiree Álvarez
               "La fiesta de fin de curso", de Kara Parks
          "La voz perdida", de Cristina Murillo
     "Volver a ti", de Patricia Villanueva

A través de estas doce historias paseamos por la ciudad, por el desierto, por el espacio, por videojuegos e, incluso, por múltiples realidades. Y en estos preciosos lugares nos encontramos con la Muerte, con fantasmas, con alienígenas, con hadas y hechiceros, con seres mitológicos, y hasta con humanos; todos unidos por la magia del amor.
Sobre la antología, me ha parecido una selección bastante acertada. No sólo por los diferentes tipos de amor que se describen en las historias, sino por la mezcla de géneros, que permite una lectura amena que capta fácilmente al lector.

Dentro ya de mi opinión personal, quiero hacer una mención especial al último relato: "Volver a ti", de Patricia Villanueva. Un relato precioso y un excelente broche final para la antología. Por esa mezcla tan perfecta entre la fantasía épica y la ciencia ficción. Por ese juego narrativo de analepsis tan bonito en el que vamos conociendo la gran historia de amor del protagonista.
Por estrujarme el corazón con una historia tan bonita.

sábado, 12 de octubre de 2019

Ladrones de Libertad

Lo peor que podemos encontrarnos en la vida es a alguien que pretenda coartar nuestra libertad, imponer sus deseos sobre nuestros sueños. Es posible que con estas imposiciones sólo busquen lo mejor para nosotros, o también es posible que sea un acto egoísta. Pero, a fin de cuentas, el resultado es el mismo: convertirnos en lo que otros desean que seamos.
De esto habla esta historia: de la libertad de ser nosotros mismos.

Ladrones de Libertad es la tercera entrega de la saga Marabilia, de Iria G. Parente y Selene M. Pascual. Como quizá ya sabéis, esta saga se inicia con Sueños de Piedra y continúa con Títeres de la Magia, y son una serie de historias independientes ambientadas en el mundo de Marabilia. Pero, aunque las historias sean independientes, pronto nos damos cuenta de que están más interrelacionadas de lo que parece en un principio.
Esta historia se publicó en 2017 bajo el sello Literatura Mágica, el sello de la editorial Nocturna dedicado a la literatura juvenil. Con 632 páginas y la ayuda de las ilustraciones de Lehanan Aida, Iria y Selene nos introducen en el mar de Marabilia, un lugar en el que existen las sirenas y los genios, y en el que el tesoro más valioso es la libertad de uno mismo.

La sinopsis de esta historia tan mágica es la siguiente:
«La tripulación del Angelique está orgullosa de ser lo que es: una tripulación de piratas. Su día a día consiste en navegar por los mares de Marabilia entre aventuras, asaltos a barcos y búsquedas de riquezas; en definitiva, los piratas del Angelique viven sin acatar leyes ni obedecer las órdenes de nadie.
Hasta que el rey Geraint de Dahes los captura y todo apunta a que eso se ha terminado. La pena por la piratería es la muerte. A menos, claro, que alguien les proponga un trato que les permita salvarse... Uno que a su vez ofrezca la posibilidad de una venganza muy ansiada.
Ante un tesoro tan valioso como la libertad, cualquier precio parece escaso».

Respecto a las anteriores entregas de Marabilia, en Ladrones de Libertad se produce un cambio tanto narrativo como de tono. Al hablarnos de una tripulación de piratas, la primera persona alterna de los dos títulos anteriores se convierte en una primera persona múltiple. Es así como nos podemos introducir suavemente en los pensamientos de personajes tan distintos entre sí como Kay, Jared, Collen y Nadim (y alguna que otra sorpresa). Y la narración es tan impecable que somos perfectamente conscientes de qué personaje es el que está hablando: son tan humanos que tienen su propia forma de pensar, de expresarse y de ver la vida.
También he dicho que hay un cambio de tono en la historia, y es porque es el más duro hasta el momento (y no me refiero a la famosa página de la que casi todos hemos oído hablar). A simple vista, la historia nos habla de una tripulación de piratas, pero en realidad nos encontramos con temas tan importantes como la dificultad de enfrentarse a la pérdida, la importancia de luchar por ser uno mismo y el poder de la amistad.

Que la familia es aquella que eliges, y que si alguien te rechaza por ser quien eres habrá otro alguien que te acogerá en su vida.
Que la libertad es el tesoro más valioso que tenemos y nadie tiene derecho a arrebatárnoslo.
Que, por muy difíciles que se pongan las circunstancias, tenemos que seguir persiguiendo nuestros sueños.
Y, sobre todo, que no tenemos por qué estar solos en nuestra lucha.