domingo, 27 de diciembre de 2020

Tormenta de magia y cenizas

Llegué a esta novela porque me intrigaba la sinopsis y porque me llamó mucho la atención el título, y me voy de ella con una de mis mejores lecturas del año.

Escrita por Mairena Ruiz y publicada por Onyx en 2020, Tormenta de magia y cenizas es una novela autoconclusiva de fantasía de 573 páginas que se me han hecho muy cortas. La ilustración de portada, en la que aparece la protagonista, es de Diego García Martínez. La sinopsis es la siguiente:

«Aileen Dunn vive en Ovette, un país dividido por su forma de entender la magia. Mientras en el sur creen que esta proviene de la naturaleza y debe ser usada con cuidado, los norteños defienden su derecho a utilizar tanta magia como quieran.
De padre sureño y madre norteña, Aileen solo quiere terminar su tesis sobre el sistema educativo de Ovette y mantenerse alejada de las intrigas políticas de la corte, pero para poder terminar sus estudios tendrá que aceptar la ayuda de Luther Moore. Luther es un norteño lleno de prejuicios, que fue expulsado de la corte tras la Guerra de las Dos Noches, la cual enfrentó a Ovette con un país extranjero, pero también a norteños y sureños.
Cuando por fin Aileen y Luther empiezan a entenderse, Aileen y sus amigos descubren que el Gobierno está ocultando información y que existe la amenaza de una nueva guerra que reavive las disputas del pasado. Entonces tendrá que decidir en quién puede confiar y qué está dispuesta a hacer para evitar que la historia se repita».


Como vemos en la sinopsis, Ovette está dividido por un río que cruza el país de lado a lado, separando a norteños y sureños, divididos también por su cultura y su manera de entender y utilizar la magia. Un país que, además, ha salido hace pocos años de una guerra, y la postura política ante los resultados de esta también dividen a su gente. En medio de este ambiente tenemos a nuestra protagonista, Aileen, una joven mestiza orgullosa de sus raíces, cuya única preocupación es terminar su tesis. Pero, obviamente, se verá involucrada en intrigas políticas porque, si no, no tendríamos historia.
Gracias a sus estudios, Aileen entra en contacto con Luther, pero también nosotros entramos en contacto con Ovette. La construcción del mundo que ha hecho la autora es impresionante, pero no es menos impresionante la forma en la que los lectores vamos conociéndolo: en parte a través de las reflexiones de Aileen sobre su tesis, pero sobre todo a través de diálogos entre los protagonistas. La visión que tenemos es la de Aileen en primera persona, pero a pesar de sus reflexiones, no disponemos de la información que ella conoce de sobra hasta que no aparece en diálogos o directamente en escena. Y creo que esta es una de las mayores virtudes de esta historia: la complejidad del mundo construido, que terminamos conociendo perfectamente sin necesidad de que nadie nos lo explique detenidamente.

En conclusión, son casi 600 páginas llenas de magia, intrigas políticas y personajes complejos con sus entresijos que he disfrutado muchísimo, y de las que no os quiero contar más para que podáis disfrutarlas tanto como yo.