sábado, 7 de diciembre de 2019

Al final de la calle 118

Hace bastante tiempo que leí esta novela, y el corazón todavía se me rompe un poquito cuando me acuerdo de ella. Me hizo añicos al mismo tiempo que me enamoró, y su creadora se ha convertido sin duda en una de mis autoras favoritas.

Al final de la calle 118 es la primera novela de la autora española Clara Cortés. Inicia la trilogía de La calle 118, que continúa con una obra que ya he reseñado: Cosas que escribiste sobre el fuego. En un inicio no parecen tener relación entre sí, aunque al llegar al final del segundo libro te das cuenta de que ambas historias están relacionadas.

Con Al final de la calle 118, Clara Cortés ganó la tercera edición del Premio Literario La Caixa/Plataforma y se presentó como una de las nuevas voces más interesantes de la literatura juvenil española. Quizá por esa pluma tan desgarradoramente bonita, o quizá por la profundidad psicológica de sus personajes, tan reales que casi puedes tocarlos.
Con 352 páginas y una edición preciosa a cargo de Plataforma Neo, la sinopsis es la siguiente:
«Vivir al final de la calle 118 no es fácil.
La madre de Valeria y Raven las abandonó hace años sin dar explicaciones y ambas han tenido que aprender a ganarse la vida. Mientras Valeria tiene un insignificante trabajo como modelo, su hermana patea la ciudad en busca de hombres a los que seducir para pagar el alquiler a cambio de sus servicios. Valeria pensaba que todo seguiría así para siempre... hasta que escucha la música de aquel chico al final de la calle, junto a su casa, y sus miradas se cruzan.
Desde ese momento, una serie de curiosas coincidencias llevará a los personajes de esta novela a cambiar sus vidas como nunca se hubieran imaginado».

Escrita en primera persona desde el presente, la historia gira en torno del personaje de Valeria, quien recorre todos los días la misma calle hasta el motel donde vive con su hermana, pasando por delante de un orfanato donde un chico toca la guitarra. Y en realidad no ocurre mucho más, eso es lo maravilloso de esta historia.
Al final de la calle 118, al igual que Cosas que escribiste sobre el fuego, es lo que se conoce como una novela de personajes: no hay demasiada acción, no hay un montón de giros inesperados ni un montón de aventuras. Podríamos decir que en estas novelas no pasa nada, pero eso no es verdad: pasa todo. Y es que la vida no necesita aventuras y giros impactantes para existir, porque la vida es otra cosa. Y lo que importa realmente en estas novelas es lo que sucede en el interior de los personajes, es lo que les hace tan humanos y lo que hace que sean tan dolorosamente realistas.

No puedo hablar más sobre la historia porque es necesario leerla para entender por qué me parece tan importante que forme parte de vuestra vida.