domingo, 27 de diciembre de 2020

Tormenta de magia y cenizas

Llegué a esta novela porque me intrigaba la sinopsis y porque me llamó mucho la atención el título, y me voy de ella con una de mis mejores lecturas del año.

Escrita por Mairena Ruiz y publicada por Onyx en 2020, Tormenta de magia y cenizas es una novela autoconclusiva de fantasía de 573 páginas que se me han hecho muy cortas. La ilustración de portada, en la que aparece la protagonista, es de Diego García Martínez. La sinopsis es la siguiente:

«Aileen Dunn vive en Ovette, un país dividido por su forma de entender la magia. Mientras en el sur creen que esta proviene de la naturaleza y debe ser usada con cuidado, los norteños defienden su derecho a utilizar tanta magia como quieran.
De padre sureño y madre norteña, Aileen solo quiere terminar su tesis sobre el sistema educativo de Ovette y mantenerse alejada de las intrigas políticas de la corte, pero para poder terminar sus estudios tendrá que aceptar la ayuda de Luther Moore. Luther es un norteño lleno de prejuicios, que fue expulsado de la corte tras la Guerra de las Dos Noches, la cual enfrentó a Ovette con un país extranjero, pero también a norteños y sureños.
Cuando por fin Aileen y Luther empiezan a entenderse, Aileen y sus amigos descubren que el Gobierno está ocultando información y que existe la amenaza de una nueva guerra que reavive las disputas del pasado. Entonces tendrá que decidir en quién puede confiar y qué está dispuesta a hacer para evitar que la historia se repita».


Como vemos en la sinopsis, Ovette está dividido por un río que cruza el país de lado a lado, separando a norteños y sureños, divididos también por su cultura y su manera de entender y utilizar la magia. Un país que, además, ha salido hace pocos años de una guerra, y la postura política ante los resultados de esta también dividen a su gente. En medio de este ambiente tenemos a nuestra protagonista, Aileen, una joven mestiza orgullosa de sus raíces, cuya única preocupación es terminar su tesis. Pero, obviamente, se verá involucrada en intrigas políticas porque, si no, no tendríamos historia.
Gracias a sus estudios, Aileen entra en contacto con Luther, pero también nosotros entramos en contacto con Ovette. La construcción del mundo que ha hecho la autora es impresionante, pero no es menos impresionante la forma en la que los lectores vamos conociéndolo: en parte a través de las reflexiones de Aileen sobre su tesis, pero sobre todo a través de diálogos entre los protagonistas. La visión que tenemos es la de Aileen en primera persona, pero a pesar de sus reflexiones, no disponemos de la información que ella conoce de sobra hasta que no aparece en diálogos o directamente en escena. Y creo que esta es una de las mayores virtudes de esta historia: la complejidad del mundo construido, que terminamos conociendo perfectamente sin necesidad de que nadie nos lo explique detenidamente.

En conclusión, son casi 600 páginas llenas de magia, intrigas políticas y personajes complejos con sus entresijos que he disfrutado muchísimo, y de las que no os quiero contar más para que podáis disfrutarlas tanto como yo.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Rebelión Roja

Tenía muchas ganas de leer esta historia desde que las autoras empezaron a hablar de ella en las redes sociales. No sabía de qué iba, no sabía prácticamente nada de ella, pero sabía que quería leerla y que me iba a gustar. Y no me ha defraudado.

Rebelión Roja es la primera incursión editorial a cuatro manos de Lucía G. Sobrado y Cristina Prieto Solano, una novela autoconclusiva de ciencia ficción con tintes distópicos. Con 362 páginas y portada e ilustraciones interiores de Eicinic, la edición corre a cargo de Roomie Ediciones (2020), con guardas y detalles interiores que la convierten en una novela estéticamente preciosa. Y como el texto tampoco se queda corto, el conjunto es una fantasía.

La sinopsis es la siguiente:
«Eria es mercader en la ruta comercial entre la Tierra y Marte. Su mayor preocupación es hacer el viaje lo mas corto posible para regresar con su familia, pero el estallido de la Rebelión y el cierre de la estación interplanetaria la obligan a solicitar ayuda a la Mafia Roja.
Dante se unió a la organización con un único objetivo: demostrarle a su padre que su discapacidad no lo define. Después de años viviendo en las sombras se ha convertido en un miembro clave de la Mafia y es temido por todos.

Cuando tienes las horas contadas en un planeta que no te quiere solo por ser quien eres,
¿qué precio pagarías por tu libertad?».

Narrada en primera persona alterna, la historia nos va introduciendo en una Tierra desolada por la contaminación que depende de Marte para sobrevivir. Y eso, a algunos marcianos, no les hace ninguna gracia. Eria es una mercader interplanetaria que vive en la Tierra con su abuela y su hermano pequeño y, aunque no se le da bien mostrar sus sentimientos, el amor que siente por ellos la lleva a hacer cosas inimaginables, como rebelarse ante la Rebelión para conseguir volver a la Tierra con ellos. Por su parte, Dante es un personaje en apariencia frío y calculador, pero con un mundo interior complejo y atormentado y un gran amor por la familia que ha elegido. Y juntos, tratarán de entenderse —literalmente— para conseguir sacar a Eria de Marte.
Es una novela trepidante que engancha casi desde la primera página y unos personajes que, a pesar de (o gracias a) sus luces y sus sombras, acabas cogiendo mucho cariño. Al mismo tiempo, es una novela que habla del amor y del derecho a la libertad en un mundo lleno de racismo y xenofobia, de odio al diferente y de incomprensión ante realidades diversas, y es impresionante cómo una historia que sucede tan lejos puede resultar tan cercana.

Eria y Dante se han ganado un lugar especial en mi estantería y en mi corazón y, aunque tenga que dejar atrás a estos personajes, estoy deseando saber qué otras historias se traen sus autoras entre manos.

sábado, 14 de noviembre de 2020

El Circo de la Rosa

Hacía mucho tiempo que no leía un libro tan dulce, poético y bonito en general. No sólo por la historia contada, sino por cómo está narrada, dónde está ambientada y qué es lo que cuenta más allá de lo que ocurre, por decirlo de alguna manera.

El Circo de la Rosa
es la última novela de Betsy Cornwell, autora superventas del New York Times, pero desconocida hasta ahora en España. Del 2020, esta es la primera novela de la autora que llega a España, gracias a Kakao Books, con la traducción de María Gay Moreno y la preciosa portada de Carmen Ocaña Ordóñez.

Tiene 287 páginas y la siguiente sinopsis:
«Damas, caballeros y hadas... ¡La Rosa del Circo de la Rosa!
Nívea y Flama han nacido de la misma madre y todo lo que conocen es el circo. Nívea tiene el pelo blanco como la nieve, y Flama, rojo como el fuego.
En
El Circo de la Rosa, un retelling fascinante y poético del cuento Blancanieves y Rojaflor, dos hermanas adolescentes deben enfrentarse a extremistas religiosos en un mundo de inspiración steampunk para salvar a sus seres queridos y a la familia que las ha criado».


La historia está narrada de forma muy original por las dos hermanas, las protagonistas de la historia, pero con una clara particularidad: mientras Nívea narra en prosa de una forma a la que estamos bastante acostumbrados, Flama lo hace en verso. Es un elemento narrativo que distingue bien a ambas narradoras y que añade poeticidad y belleza al texto, porque, aunque Nívea narre en prosa, su lenguaje es también muy poético y cuidado.
Os mentiría si os negara que lo más me ha gustado de la novela es la narración, pero no es lo único. Como he adelantado, la historia narrada es, a pesar de lo que sucede con los extremistas religiosos, dulce y acogedora. A través de una historia muy original y unos personajes muy bien conseguidos, la autora nos habla de inclusión, de amor y de respeto. Y, sobre todo, del amor fraternal, del amor a la familia, y de la necesidad de aprender que no es la cercanía lo que nos une a nuestros seres queridos, sino el amor que sentimos por ellos y que ellos sienten por nosotros.

Que la familia no es solo aquella con la que convivimos, sino la que nosotros elegimos. Aunque no estemos allí, aunque estemos lejos, aunque nos distanciemos.
Y que no queremos menos a alguien por no pasar cada segundo de nuestra vida a su lado.

sábado, 17 de octubre de 2020

Quererte.net

No sabía bien qué es lo que me iba a encontrar en este libro, pero lo que he encontrado en él me parece precioso. A veces necesitamos libros suaves y confortables que nos dejen una buena sensación en el cuerpo, y este es uno de ellos.

Quererte.net es una de aquellas novelas que salieron durante esos caóticos meses del 2020, y que a muchos, como yo, nos ayudaron a mantener la cabeza ocupada y distraída. En concreto, con historias que te dejan el corazón calentito.

De la pluma de Cristina Prieto Solano (Nana Literaria) y la preciosa edición de Ediciones Freya, Quererte.net (2020) tiene 232 páginas y una ilustración de cubierta de Katia Meraki. Freya aún está creciendo, así que, si os interesa, podéis conseguir este y otros libros a través de su página web o en algunas librerías que encontraréis en ese pequeño rincón de internet. Si preferís leer en lectores electrónicos, también tienen todos sus libros en digital.

Esta es la sinopsis:

«En un Madrid futuro en el que todo se guía por las valoraciones externas y el perfeccionismo, Camilla ve en el curso de Quererte.net la solución ideal a todos sus problemas: prometen hacer que se enamore de sí misma. Cuando por fin consigue el dinero para comprar el curso, no sabe qué pensar: ¿la han timado? ¿Y quién es ese misterioso usuario que le aparece en el chat?

Por si fuera poco, le toca compartir equipo en un concurso literario con la chica de la que está secretamente enamorada, un evento familiar pone su vida patas arriba y la relación con sus padres pasa por un gran bache después de años de silencio.

Quererte.net es una página avalada por especialistas y miles de reseñas positivas. Con nuestro curso intensivo te garantizamos que tu autoestima crecerá y acabarás amando cada detalle de ti.

Visítanos. Regístrate. Cambia tu vida».


La novela, narrada en tercera persona, nos cuenta la historia de Camilla, una joven que está cansada de que la comparen (o más bien compararse) con su exitosa prima Emilia, cantante de fama internacional. Además, por si fuera poco, vive en un mundo en el que todo se guía a través de las valoraciones externas en la red y se premia la creatividad. Y Camilla no es nada creativa. Y con toda esta presión sobre ella, o más bien la propia presión que se impone ella misma, su autoestima está muy afectada, así que cuando se cruza en internet con el anuncio de Quererte.net, donde le prometen que su problema mejorará, ve en él una salida. Y quizá así se atreva a acercarse a Anna, la chica a la que observa desde la distancia y que, de repente, se ha metido en su día a día al apuntarse con ella y sus amigos a una gymkana literaria. Pero cuando recibe el curso, parece que hay algún error y se siente estafada.

A lo largo del libro, vamos a ir viendo cómo se van a entremezclar este problema que hay con el curso, la gymkana literaria y las historias familiares en torno a la protagonista. Y, sobre todo, vamos a acompañar a Camilla en un viaje importantísimo: el del autoconocimiento y la autoaceptación. Y todo ello con una prosa ágil y divertida que más que leer, se devora.


Y hasta aquí puedo leer. Si queréis una lectura confortable y adorable, que os haga reflexionar y pensar «Me está hablando a mí, yo también me hago esto», esta es vuestra próxima lectura. Y también vuestra autora. Estad atentos a ella, porque va a llegar lejos.

sábado, 3 de octubre de 2020

Dieciséis Lunas

Empecé esta saga hace muchísimos años, pero por razones que tienen que ver con libros descatalogados y fondos de bibliotecas, no he podido hacerme con esta historia hasta hace relativamente poco.

Se conoce como la saga de las Dieciséis Lunas (o Las Crónicas Caster) a la tetralogía que Kami García y Margaret Stohl publicaron entre 2008 y 2012. La saga, traída a España por Espasa Calpe y traducida al español por José Miguel Pallarés y María Jesús Sánchez (primer tomo), Amado Diéguez (segundo tomo) y Paz Pruneda Gozálvez (tercer y cuarto tomo); está compuesta por los títulos Hermosas criaturas, Hermosa oscuridad, Hermoso caos y Hermoso final, originalmente Beautiful Creatures, Beautiful Darkness, Beautiful Chaos y Beautiful Redemption ('Hermosa redención').

La sinopsis del primer tomo es la siguiente:
«"Bienvenidos a Gatlin. Un pueblo en mitad de ninguna parte donde nunca ocurre nada. Al menos, eso pensaba yo. No podía estar más equivocado.
Había una maldición.
Había una chica.
Y, al final, una tumba".

El joven Ethan Wate cuenta el tiempo que le queda para poder escapar de su aburrido pueblo.
Sin embargo, todo cambia cuando una nueva estudiante llega a su instituto: Lena Duchannes, literalmente, la chica de sus sueños... y de sus pesadillas.
Ella también cuenta los días que le quedan, aunque sabe que no tiene escapatoria».

Son 1640 páginas (459+401+417+363) que, a veces, se hacen pesadas, pero el mundo creado por Kami García y Margaret Stohl es interesante. Y por eso te quedas. Porque, aunque los personajes acaben sacándote de tus casillas, te intriga el Orden de las Cosas.
La mayor parte de la historia está contada en primera persona por Ethan, un adolescente con una vida tremendamente aburrida hasta que empieza a tener pesadillas en las que pierde a la chica de la que está enamorado. Y poco tiempo después de que estas pesadillas comiencen se da cuenta de que la chica que las protagoniza es real: se llama Lena Duchannes y acaba de llegar a su instituto. Y obviamente, toda esta trama se complica al descubrir que Lena tiene poderes mágicos y que pertenece a una especie mágica denominada Caster.

Realmente es este mundo Caster lo que me ha mantenido en la historia. Eso y mi cabezonería. La ambientación es interesante, así como el planteamiento de la magia y todo lo que se relaciona con lo que se conoce en los libros como el Orden de las Cosas. El problema son los personajes: Ethan y Lena desarrollan una relación tóxica y dependiente, y, aunque Ethan tampoco me entusiasme, el personaje de Lena es exasperante, infantil, tremendista e insoportable. Y todo esto se hace muy cuesta arriba a la hora de leer la historia.

En conclusión, son unos libros que prometían bastante y me han dejado indiferente. Como he dicho, quería saber cómo terminaba la historia más por cabezonería que porque realmente me importase, y al final ha sido más un alivio cómico que una obra interesante. Os la recomiendo si, como yo, os divierte el género que he decidido llamar "paranormal cutre"; si buscáis otra cosa, es mejor que paséis de largo.

sábado, 27 de junio de 2020

Divagando un poco sobre la distopía

Las discusiones literarias son recurrentes en algunos círculos últimamente. Siempre hay alguien haciéndose preguntas, iniciando un debate, planteándose mil y una cuestiones y dándose cuenta de que quizá haya algo que no le cuadre. Una de estas discusiones habituales es el tema de las distopías.

Y como este es mi blog y me gusta divagar, voy a dar mi opinión sobre esto, porque casualmente es uno de mis temas favoritos.


Antes de nada, esto es un artículo de opinión sobre un género literario y es muy posible que contenga spoilers de muchas distopías: Los Juegos del Hambre, El corredor del laberinto, Juntos, Delirium, Mentes poderosas, El Ocaso del Mundo, StartersLa ciudad transparente...


Un género literario es una categoría en que la se pueden clasificar y englobar obras parecidas. Centrándonos en la narrativa (atendiendo al argumento y a la historia) y pasando de lo que se consideran los "géneros mayores", el mundo literario parece haberse querido dividir en dos grupos: literatura realista y la autodenominada literatura de género. En realidad, dentro de la literatura de género parece que hemos metido todo lo que no es literatura realista, porque desde El Quijote, todo lo que no pertenece al realismo es algo extraño a la literatura española y necesita un espacio aparte. Algún día quizá os cuente por qué todo esto me hace mucha gracia y por qué alguna vez me escucharéis decir "¡El Quijote fue un chiste!".
Así, dentro de la literatura de género podemos encontrar la fantasía, la ciencia ficción y el terror. Y dentro de uno de estos preciosos grupos, el de ciencia ficción, teóricamente está la distopía. Porque el mundo de los géneros literarios está firmemente dividido en grupos y subgrupos, como si de habitaciones completamente herméticas se tratara, ignorando dos cuestiones importantísimas en el Arte: la evolución y el hibridismo.

Seguramente os han dicho alguna vez, estudiando Historia de la Literatura, que cuando se considera que en una época predominaba un movimiento literario, no significa que no se trabajase de otra forma. Y si no os lo han dicho nunca, os lo digo yo: en los siglos XVII y XVIII no sólo se escribía sobre la fugacidad de la vida, hubo mucha comicidad y humor durante el Barroco; y no todo el mundo que vivió y escribió durante el Romanticismo se quería morir. Esto es un chiste, por favor, no os lo toméis en serio.
Con los géneros narrativos sucede algo parecido: nos hemos empeñado en fijar como única posibilidad una cuestión más bien editorial y de estudio: las editoriales y los estudiosos catalogan las novelas en géneros porque de esta forma es mucho más sencillo encontrar lectores y estudiar las obras. Y nosotros nos hemos empeñado en seguir estas instrucciones como si fuéramos mulas con orejeras.
Porque igual que los movimientos culturales y literarios, los géneros no son más que esquemas que tratan de simplificar la realidad, no la realidad en sí misma. Nos hemos empeñado en estudiar los árboles tan de cerca, que nos hemos olvidado de observar el bosque en su conjunto.

Probablemente la obsesión por catalogar la distopía dentro de la literatura de ciencia ficción se deba a su consideración como literatura apocalíptica o postapocalíptica y al habitual diálogo sobre las tres distopías más famosas: 1984, Un mundo feliz y Farenheit 451. No quiero quitarle importancia a estas obras, fueron clave para el desarrollo de la literatura distópica y la literatura en general, pero ¿no creéis que va siendo hora de darle una revisión a todo esto? Esta gente lleva muerta más de medio siglo y la literatura ha evolucionado mucho en las últimas décadas.

Voy a intentar dejar de irme por las ramas y centrarme en lo importante: todo evoluciona, la literatura y los géneros literarios también, y una de las razones por las que esto sucede es porque la lengua también evoluciona. Las palabras cambian sus significados, por mucho que la RAE se empeñe en fijarlos, porque la mente humana evoluciona junto con su contexto cultural (lo que se considera connotaciones). La ciencia ficción, su concepto, puede que estuviera muy clara entonces, pero creo que hace años que muchas personas asociamos ese género literario a robots y al espacio, que hace tiempo que se quedó más con el campo de la ciencia tecnológica y se alejó de la sociología. Y el término de distopía coge la sociología y crece y se convierte en algo más que en un subgénero de la ciencia ficción.
La otra cuestión importante para explicaros por qué estoy diciendo todo esto es el hibridismo de géneros. Básicamente porque las historias que pertenecen a géneros puros son muy escasas. Un ejemplo muy claro es el caso del terror: puede tomar muchas formas, desde terror realista hasta una historia de terror con elementos fantásticos. No es un género puro porque no puede serlo, es un esquema en el que se puede introducir una historia.

Volviendo a la distopía, entendiendo por qué la considero un género ya ajeno a la ciencia ficción, es un esquema en el que podemos introducir muchas historias muy variadas. A mí me gusta decir que la distopía es coger un mundo, destrozarlo, imponer un régimen sociológico enfermizo y observar cómo se desarrolla un personaje en ese caldo de cultivo. Al menos en el tema que yo entiendo: la literatura juvenil; porque esto es un artículo de opinión en mi blog, también llamado "yo divagando sobre cosas".
Aunque a veces no se llegue a desarrollar en la novela el contexto sociopolítico, en juvenil, el género de la distopía es un esquema que implica habitualmente un futuro, normalmente más cercano que lejano, y un elemento catalizador que provoque la destrucción del mundo. Este catalizador puede ser de muchos tipos, pero normalmente provoca un cambio sociológico importante:
  • El catalizador más habitual es una guerra, por las causas que sean. Es el caso de Los Juegos del Hambre, en la que, aunque no nos explican qué sucede antes de que Panem exista, sí que se insinúa que hubo una guerra que acabó con un porcentaje alarmante de la población. En El Ocaso del Mundo, aunque no sea habitual encontrar distopías hibridadas con fantasía, el catalizador también es una guerra.
  • También puede haber un virus que acabe el mundo conocido. El corredor del laberinto es la distopía que se me ocurre como ejemplo: un virus ha provocado que una gran cantidad de gente enloquezca y muera (el Destello), y todo lo que sucede en las novelas está enfocado a encontrar una cura, aunque sea con métodos muy poco ortodoxos y una moralidad tremendamente dudosa.
  • El catalizador también puede deberse a un cambio de mentalidad en los seres humanos. Por ejemplo, en Delirium, el ser humano empieza a considerar que el amor es una enfermedad con la que hay que acabar: una operación en el cerebro puede anular ese sentimiento. Sobre el amor también habla Juntos, en el que aunque no se pueda erradicar ese sentimiento, es una lacra, y el emparejamiento debe producirse por genética y estabilidad social. Hay muchas historias en las que este cambio social consiste en una imposición de la belleza y la imagen sobre todo lo demás, como en Odio el Rosa o Starters (en este caso también hubo una guerra). Un caso muy curioso es el de La ciudad transparente, en la que este cambio de mentalidad se produce respecto a las redes sociales y la privacidad.
  • Un cambio en la vida tal y como se conoce. De repente, algo sucede que provoca que todo cambie: un apagón o una sequía (este último caso es el de Sed), o algo más cercano a la fantasía científica como en Mentes poderosas: un agente externo que provoca una mutación en parte de la población, despertando el terror y haciendo que la sociedad haga algo horrible que en otras circunstancias no haría: encerrar y maltratar (y matar) a los niños en campos de concentración.
Esto ha quedado ya un poco largo, pero espero que haya resultado interesante. Quizá haya gente a la que le guste leer o escuchar mis divagaciones y el yo quejándome sobre cosas. Habrá gente a la que no, claro.
Repito que esto es un artículo de opinión, con mis conocimientos sobre lengua, literatura y géneros, argumentando mis palabras y enfocado principalmente a mi campo de estudio: la literatura juvenil.

Si discrepas, estaré encantada de discutir sobre este tema contigo, siempre que lo hagas de forma civilizada y respetuosa. ¡Gracias!

sábado, 30 de mayo de 2020

Luna 174

Aún no sé qué siento por este libro. Me ha dejado confusa, inquieta y con el corazón caliente, una mezcla de sentimientos que, aunque no sé catalogar, me parecen una genialidad. Creo que sí que sé qué es lo que siento por este libro: me ha parecido una genialidad.

Luna 174 es la primera novela de Clara Duarte, una apuesta de 2019 de La Galera, con 356 páginas que se acaban haciendo cortas. Una novela que acabas con más preguntas de las que empiezas y con la determinación de volver a leerla.
La sinopsis es la siguiente:
«Luna Hatton tiene veinte años y vive en un pueblucho de Australia. Su vida parece normal, incluso aburrida: trabaja en una cafetería, toca la batería en un grupo. No es nadie importante. Aun así, Luna tiene un secreto que la persigue desde que era pequeña: es capaz de ver el color del alma de las personas. Casi todas son grises. El gris es el color que cubre el mundo, y eso para ella siempre ha sido así. Sin embargo, Luna conoce a una chica del pueblo, alguien a quien se ha sentido atada desde que tiene memoria, y ella es la única que le hace pensar que quizás existen las almas blancas: Gaia Wheeler.
A pesar de que Luna nunca ha compartido su secreto con nadie, un día recibe una oferta de una empresa que parece saberlo todo sobre ella. A simple vista, son solo unos locos dispuestos a pagarle mucho dinero por algo que ella considera intuición.
Lo que Luna todavía desconoce es la gran amenaza que se cierne sobre la Tierra y el significado del número ciento setenta y cuatro».

La historia está contada por la propia Luna en primera persona, una narración en pasado que trata de poner en orden la historia de su vida. Y Luna, hasta que el número 174 empieza a querer tomar protagonismo, tiene una vida bastante normal: el orfanato, un grupo de amigos, un trabajo... Todo es normal salvo por una excepción: es capaz de ver el alma de las personas. Luna considera que es intuición, que es una forma que tiene su mente de saber si una persona es buena, mala o, simplemente, gris.
Pero, a pesar de la normalidad, todos los aspectos de su vida orbitan alrededor a una persona: Gaia Wheeler. Ella orbita alrededor de Gaia, como la Luna alrededor de la Tierra.

Y ese planteamiento va circulando con normalidad hasta que da cuatro vueltas de campana y giros de guion y te encuentras colgada sin saber muy bien qué hacer con todo lo que ha sucedido. Aunque la genialidad no sólo está en la historia que Clara está contando, sino en cómo la cuenta: el ritmo, la tensión..., todo se acelera y empieza a golpearte al mismo tiempo que a Luna. Y eso no sería posible sin la guinda del pastel: el registro.
Es imposible meterse en la cabeza de un personaje si ese personaje no piensa como un ser humano. No puedes creerte una conversación si los personajes no hablan como lo harías tú. Y eso es lo que más me ha gustado de esta novela: que los personajes parecen personas. Los diálogos son fluidos, se interrumpen, se dejan frases a medias...; y la narración de Luna es natural y caótica.
Y, todo esto, con una prosa preciosa.

Es esa belleza y naturalidad lo que me hizo adentrarme en esta historia, y es el argumento lo que ha conseguido mantenerme obsesionada con ella, tratando de descubrir qué es lo que estaba sucediendo.
Lo que me hace querer releer de nuevo esta historia de amor de dimensiones cósmicas o, más bien, leer otra.
De la pluma de Clara Duarte, eso sí.