domingo, 27 de diciembre de 2020

Tormenta de magia y cenizas

Llegué a esta novela porque me intrigaba la sinopsis y porque me llamó mucho la atención el título, y me voy de ella con una de mis mejores lecturas del año.

Escrita por Mairena Ruiz y publicada por Onyx en 2020, Tormenta de magia y cenizas es una novela autoconclusiva de fantasía de 573 páginas que se me han hecho muy cortas. La ilustración de portada, en la que aparece la protagonista, es de Diego García Martínez. La sinopsis es la siguiente:

«Aileen Dunn vive en Ovette, un país dividido por su forma de entender la magia. Mientras en el sur creen que esta proviene de la naturaleza y debe ser usada con cuidado, los norteños defienden su derecho a utilizar tanta magia como quieran.
De padre sureño y madre norteña, Aileen solo quiere terminar su tesis sobre el sistema educativo de Ovette y mantenerse alejada de las intrigas políticas de la corte, pero para poder terminar sus estudios tendrá que aceptar la ayuda de Luther Moore. Luther es un norteño lleno de prejuicios, que fue expulsado de la corte tras la Guerra de las Dos Noches, la cual enfrentó a Ovette con un país extranjero, pero también a norteños y sureños.
Cuando por fin Aileen y Luther empiezan a entenderse, Aileen y sus amigos descubren que el Gobierno está ocultando información y que existe la amenaza de una nueva guerra que reavive las disputas del pasado. Entonces tendrá que decidir en quién puede confiar y qué está dispuesta a hacer para evitar que la historia se repita».


Como vemos en la sinopsis, Ovette está dividido por un río que cruza el país de lado a lado, separando a norteños y sureños, divididos también por su cultura y su manera de entender y utilizar la magia. Un país que, además, ha salido hace pocos años de una guerra, y la postura política ante los resultados de esta también dividen a su gente. En medio de este ambiente tenemos a nuestra protagonista, Aileen, una joven mestiza orgullosa de sus raíces, cuya única preocupación es terminar su tesis. Pero, obviamente, se verá involucrada en intrigas políticas porque, si no, no tendríamos historia.
Gracias a sus estudios, Aileen entra en contacto con Luther, pero también nosotros entramos en contacto con Ovette. La construcción del mundo que ha hecho la autora es impresionante, pero no es menos impresionante la forma en la que los lectores vamos conociéndolo: en parte a través de las reflexiones de Aileen sobre su tesis, pero sobre todo a través de diálogos entre los protagonistas. La visión que tenemos es la de Aileen en primera persona, pero a pesar de sus reflexiones, no disponemos de la información que ella conoce de sobra hasta que no aparece en diálogos o directamente en escena. Y creo que esta es una de las mayores virtudes de esta historia: la complejidad del mundo construido, que terminamos conociendo perfectamente sin necesidad de que nadie nos lo explique detenidamente.

En conclusión, son casi 600 páginas llenas de magia, intrigas políticas y personajes complejos con sus entresijos que he disfrutado muchísimo, y de las que no os quiero contar más para que podáis disfrutarlas tanto como yo.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Rebelión Roja

Tenía muchas ganas de leer esta historia desde que las autoras empezaron a hablar de ella en las redes sociales. No sabía de qué iba, no sabía prácticamente nada de ella, pero sabía que quería leerla y que me iba a gustar. Y no me ha defraudado.

Rebelión Roja es la primera incursión editorial a cuatro manos de Lucía G. Sobrado y Cristina Prieto Solano, una novela autoconclusiva de ciencia ficción con tintes distópicos. Con 362 páginas y portada e ilustraciones interiores de Eicinic, la edición corre a cargo de Roomie Ediciones (2020), con guardas y detalles interiores que la convierten en una novela estéticamente preciosa. Y como el texto tampoco se queda corto, el conjunto es una fantasía.

La sinopsis es la siguiente:
«Eria es mercader en la ruta comercial entre la Tierra y Marte. Su mayor preocupación es hacer el viaje lo mas corto posible para regresar con su familia, pero el estallido de la Rebelión y el cierre de la estación interplanetaria la obligan a solicitar ayuda a la Mafia Roja.
Dante se unió a la organización con un único objetivo: demostrarle a su padre que su discapacidad no lo define. Después de años viviendo en las sombras se ha convertido en un miembro clave de la Mafia y es temido por todos.

Cuando tienes las horas contadas en un planeta que no te quiere solo por ser quien eres,
¿qué precio pagarías por tu libertad?».

Narrada en primera persona alterna, la historia nos va introduciendo en una Tierra desolada por la contaminación que depende de Marte para sobrevivir. Y eso, a algunos marcianos, no les hace ninguna gracia. Eria es una mercader interplanetaria que vive en la Tierra con su abuela y su hermano pequeño y, aunque no se le da bien mostrar sus sentimientos, el amor que siente por ellos la lleva a hacer cosas inimaginables, como rebelarse ante la Rebelión para conseguir volver a la Tierra con ellos. Por su parte, Dante es un personaje en apariencia frío y calculador, pero con un mundo interior complejo y atormentado y un gran amor por la familia que ha elegido. Y juntos, tratarán de entenderse —literalmente— para conseguir sacar a Eria de Marte.
Es una novela trepidante que engancha casi desde la primera página y unos personajes que, a pesar de (o gracias a) sus luces y sus sombras, acabas cogiendo mucho cariño. Al mismo tiempo, es una novela que habla del amor y del derecho a la libertad en un mundo lleno de racismo y xenofobia, de odio al diferente y de incomprensión ante realidades diversas, y es impresionante cómo una historia que sucede tan lejos puede resultar tan cercana.

Eria y Dante se han ganado un lugar especial en mi estantería y en mi corazón y, aunque tenga que dejar atrás a estos personajes, estoy deseando saber qué otras historias se traen sus autoras entre manos.

sábado, 14 de noviembre de 2020

El Circo de la Rosa

Hacía mucho tiempo que no leía un libro tan dulce, poético y bonito en general. No sólo por la historia contada, sino por cómo está narrada, dónde está ambientada y qué es lo que cuenta más allá de lo que ocurre, por decirlo de alguna manera.

El Circo de la Rosa
es la última novela de Betsy Cornwell, autora superventas del New York Times, pero desconocida hasta ahora en España. Del 2020, esta es la primera novela de la autora que llega a España, gracias a Kakao Books, con la traducción de María Gay Moreno y la preciosa portada de Carmen Ocaña Ordóñez.

Tiene 287 páginas y la siguiente sinopsis:
«Damas, caballeros y hadas... ¡La Rosa del Circo de la Rosa!
Nívea y Flama han nacido de la misma madre y todo lo que conocen es el circo. Nívea tiene el pelo blanco como la nieve, y Flama, rojo como el fuego.
En
El Circo de la Rosa, un retelling fascinante y poético del cuento Blancanieves y Rojaflor, dos hermanas adolescentes deben enfrentarse a extremistas religiosos en un mundo de inspiración steampunk para salvar a sus seres queridos y a la familia que las ha criado».


La historia está narrada de forma muy original por las dos hermanas, las protagonistas de la historia, pero con una clara particularidad: mientras Nívea narra en prosa de una forma a la que estamos bastante acostumbrados, Flama lo hace en verso. Es un elemento narrativo que distingue bien a ambas narradoras y que añade poeticidad y belleza al texto, porque, aunque Nívea narre en prosa, su lenguaje es también muy poético y cuidado.
Os mentiría si os negara que lo más me ha gustado de la novela es la narración, pero no es lo único. Como he adelantado, la historia narrada es, a pesar de lo que sucede con los extremistas religiosos, dulce y acogedora. A través de una historia muy original y unos personajes muy bien conseguidos, la autora nos habla de inclusión, de amor y de respeto. Y, sobre todo, del amor fraternal, del amor a la familia, y de la necesidad de aprender que no es la cercanía lo que nos une a nuestros seres queridos, sino el amor que sentimos por ellos y que ellos sienten por nosotros.

Que la familia no es solo aquella con la que convivimos, sino la que nosotros elegimos. Aunque no estemos allí, aunque estemos lejos, aunque nos distanciemos.
Y que no queremos menos a alguien por no pasar cada segundo de nuestra vida a su lado.

sábado, 17 de octubre de 2020

Quererte.net

No sabía bien qué es lo que me iba a encontrar en este libro, pero lo que he encontrado en él me parece precioso. A veces necesitamos libros suaves y confortables que nos dejen una buena sensación en el cuerpo, y este es uno de ellos.

Quererte.net es una de aquellas novelas que salieron durante esos caóticos meses del 2020, y que a muchos, como yo, nos ayudaron a mantener la cabeza ocupada y distraída. En concreto, con historias que te dejan el corazón calentito.

De la pluma de Cristina Prieto Solano (Nana Literaria) y la preciosa edición de Ediciones Freya, Quererte.net (2020) tiene 232 páginas y una ilustración de cubierta de Katia Meraki. Freya aún está creciendo, así que, si os interesa, podéis conseguir este y otros libros a través de su página web o en algunas librerías que encontraréis en ese pequeño rincón de internet. Si preferís leer en lectores electrónicos, también tienen todos sus libros en digital.

Esta es la sinopsis:

«En un Madrid futuro en el que todo se guía por las valoraciones externas y el perfeccionismo, Camilla ve en el curso de Quererte.net la solución ideal a todos sus problemas: prometen hacer que se enamore de sí misma. Cuando por fin consigue el dinero para comprar el curso, no sabe qué pensar: ¿la han timado? ¿Y quién es ese misterioso usuario que le aparece en el chat?

Por si fuera poco, le toca compartir equipo en un concurso literario con la chica de la que está secretamente enamorada, un evento familiar pone su vida patas arriba y la relación con sus padres pasa por un gran bache después de años de silencio.

Quererte.net es una página avalada por especialistas y miles de reseñas positivas. Con nuestro curso intensivo te garantizamos que tu autoestima crecerá y acabarás amando cada detalle de ti.

Visítanos. Regístrate. Cambia tu vida».


La novela, narrada en tercera persona, nos cuenta la historia de Camilla, una joven que está cansada de que la comparen (o más bien compararse) con su exitosa prima Emilia, cantante de fama internacional. Además, por si fuera poco, vive en un mundo en el que todo se guía a través de las valoraciones externas en la red y se premia la creatividad. Y Camilla no es nada creativa. Y con toda esta presión sobre ella, o más bien la propia presión que se impone ella misma, su autoestima está muy afectada, así que cuando se cruza en internet con el anuncio de Quererte.net, donde le prometen que su problema mejorará, ve en él una salida. Y quizá así se atreva a acercarse a Anna, la chica a la que observa desde la distancia y que, de repente, se ha metido en su día a día al apuntarse con ella y sus amigos a una gymkana literaria. Pero cuando recibe el curso, parece que hay algún error y se siente estafada.

A lo largo del libro, vamos a ir viendo cómo se van a entremezclar este problema que hay con el curso, la gymkana literaria y las historias familiares en torno a la protagonista. Y, sobre todo, vamos a acompañar a Camilla en un viaje importantísimo: el del autoconocimiento y la autoaceptación. Y todo ello con una prosa ágil y divertida que más que leer, se devora.


Y hasta aquí puedo leer. Si queréis una lectura confortable y adorable, que os haga reflexionar y pensar «Me está hablando a mí, yo también me hago esto», esta es vuestra próxima lectura. Y también vuestra autora. Estad atentos a ella, porque va a llegar lejos.

sábado, 3 de octubre de 2020

Dieciséis Lunas

Empecé esta saga hace muchísimos años, pero por razones que tienen que ver con libros descatalogados y fondos de bibliotecas, no he podido hacerme con esta historia hasta hace relativamente poco.

Se conoce como la saga de las Dieciséis Lunas (o Las Crónicas Caster) a la tetralogía que Kami García y Margaret Stohl publicaron entre 2008 y 2012. La saga, traída a España por Espasa Calpe y traducida al español por José Miguel Pallarés y María Jesús Sánchez (primer tomo), Amado Diéguez (segundo tomo) y Paz Pruneda Gozálvez (tercer y cuarto tomo); está compuesta por los títulos Hermosas criaturas, Hermosa oscuridad, Hermoso caos y Hermoso final, originalmente Beautiful Creatures, Beautiful Darkness, Beautiful Chaos y Beautiful Redemption ('Hermosa redención').

La sinopsis del primer tomo es la siguiente:
«"Bienvenidos a Gatlin. Un pueblo en mitad de ninguna parte donde nunca ocurre nada. Al menos, eso pensaba yo. No podía estar más equivocado.
Había una maldición.
Había una chica.
Y, al final, una tumba".

El joven Ethan Wate cuenta el tiempo que le queda para poder escapar de su aburrido pueblo.
Sin embargo, todo cambia cuando una nueva estudiante llega a su instituto: Lena Duchannes, literalmente, la chica de sus sueños... y de sus pesadillas.
Ella también cuenta los días que le quedan, aunque sabe que no tiene escapatoria».

Son 1640 páginas (459+401+417+363) que, a veces, se hacen pesadas, pero el mundo creado por Kami García y Margaret Stohl es interesante. Y por eso te quedas. Porque, aunque los personajes acaben sacándote de tus casillas, te intriga el Orden de las Cosas.
La mayor parte de la historia está contada en primera persona por Ethan, un adolescente con una vida tremendamente aburrida hasta que empieza a tener pesadillas en las que pierde a la chica de la que está enamorado. Y poco tiempo después de que estas pesadillas comiencen se da cuenta de que la chica que las protagoniza es real: se llama Lena Duchannes y acaba de llegar a su instituto. Y obviamente, toda esta trama se complica al descubrir que Lena tiene poderes mágicos y que pertenece a una especie mágica denominada Caster.

Realmente es este mundo Caster lo que me ha mantenido en la historia. Eso y mi cabezonería. La ambientación es interesante, así como el planteamiento de la magia y todo lo que se relaciona con lo que se conoce en los libros como el Orden de las Cosas. El problema son los personajes: Ethan y Lena desarrollan una relación tóxica y dependiente, y, aunque Ethan tampoco me entusiasme, el personaje de Lena es exasperante, infantil, tremendista e insoportable. Y todo esto se hace muy cuesta arriba a la hora de leer la historia.

En conclusión, son unos libros que prometían bastante y me han dejado indiferente. Como he dicho, quería saber cómo terminaba la historia más por cabezonería que porque realmente me importase, y al final ha sido más un alivio cómico que una obra interesante. Os la recomiendo si, como yo, os divierte el género que he decidido llamar "paranormal cutre"; si buscáis otra cosa, es mejor que paséis de largo.

sábado, 27 de junio de 2020

Divagando un poco sobre la distopía

Las discusiones literarias son recurrentes en algunos círculos últimamente. Siempre hay alguien haciéndose preguntas, iniciando un debate, planteándose mil y una cuestiones y dándose cuenta de que quizá haya algo que no le cuadre. Una de estas discusiones habituales es el tema de las distopías.

Y como este es mi blog y me gusta divagar, voy a dar mi opinión sobre esto, porque casualmente es uno de mis temas favoritos.


Antes de nada, esto es un artículo de opinión sobre un género literario y es muy posible que contenga spoilers de muchas distopías: Los Juegos del Hambre, El corredor del laberinto, Juntos, Delirium, Mentes poderosas, El Ocaso del Mundo, StartersLa ciudad transparente...


Un género literario es una categoría en que la se pueden clasificar y englobar obras parecidas. Centrándonos en la narrativa (atendiendo al argumento y a la historia) y pasando de lo que se consideran los "géneros mayores", el mundo literario parece haberse querido dividir en dos grupos: literatura realista y la autodenominada literatura de género. En realidad, dentro de la literatura de género parece que hemos metido todo lo que no es literatura realista, porque desde El Quijote, todo lo que no pertenece al realismo es algo extraño a la literatura española y necesita un espacio aparte. Algún día quizá os cuente por qué todo esto me hace mucha gracia y por qué alguna vez me escucharéis decir "¡El Quijote fue un chiste!".
Así, dentro de la literatura de género podemos encontrar la fantasía, la ciencia ficción y el terror. Y dentro de uno de estos preciosos grupos, el de ciencia ficción, teóricamente está la distopía. Porque el mundo de los géneros literarios está firmemente dividido en grupos y subgrupos, como si de habitaciones completamente herméticas se tratara, ignorando dos cuestiones importantísimas en el Arte: la evolución y el hibridismo.

Seguramente os han dicho alguna vez, estudiando Historia de la Literatura, que cuando se considera que en una época predominaba un movimiento literario, no significa que no se trabajase de otra forma. Y si no os lo han dicho nunca, os lo digo yo: en los siglos XVII y XVIII no sólo se escribía sobre la fugacidad de la vida, hubo mucha comicidad y humor durante el Barroco; y no todo el mundo que vivió y escribió durante el Romanticismo se quería morir. Esto es un chiste, por favor, no os lo toméis en serio.
Con los géneros narrativos sucede algo parecido: nos hemos empeñado en fijar como única posibilidad una cuestión más bien editorial y de estudio: las editoriales y los estudiosos catalogan las novelas en géneros porque de esta forma es mucho más sencillo encontrar lectores y estudiar las obras. Y nosotros nos hemos empeñado en seguir estas instrucciones como si fuéramos mulas con orejeras.
Porque igual que los movimientos culturales y literarios, los géneros no son más que esquemas que tratan de simplificar la realidad, no la realidad en sí misma. Nos hemos empeñado en estudiar los árboles tan de cerca, que nos hemos olvidado de observar el bosque en su conjunto.

Probablemente la obsesión por catalogar la distopía dentro de la literatura de ciencia ficción se deba a su consideración como literatura apocalíptica o postapocalíptica y al habitual diálogo sobre las tres distopías más famosas: 1984, Un mundo feliz y Farenheit 451. No quiero quitarle importancia a estas obras, fueron clave para el desarrollo de la literatura distópica y la literatura en general, pero ¿no creéis que va siendo hora de darle una revisión a todo esto? Esta gente lleva muerta más de medio siglo y la literatura ha evolucionado mucho en las últimas décadas.

Voy a intentar dejar de irme por las ramas y centrarme en lo importante: todo evoluciona, la literatura y los géneros literarios también, y una de las razones por las que esto sucede es porque la lengua también evoluciona. Las palabras cambian sus significados, por mucho que la RAE se empeñe en fijarlos, porque la mente humana evoluciona junto con su contexto cultural (lo que se considera connotaciones). La ciencia ficción, su concepto, puede que estuviera muy clara entonces, pero creo que hace años que muchas personas asociamos ese género literario a robots y al espacio, que hace tiempo que se quedó más con el campo de la ciencia tecnológica y se alejó de la sociología. Y el término de distopía coge la sociología y crece y se convierte en algo más que en un subgénero de la ciencia ficción.
La otra cuestión importante para explicaros por qué estoy diciendo todo esto es el hibridismo de géneros. Básicamente porque las historias que pertenecen a géneros puros son muy escasas. Un ejemplo muy claro es el caso del terror: puede tomar muchas formas, desde terror realista hasta una historia de terror con elementos fantásticos. No es un género puro porque no puede serlo, es un esquema en el que se puede introducir una historia.

Volviendo a la distopía, entendiendo por qué la considero un género ya ajeno a la ciencia ficción, es un esquema en el que podemos introducir muchas historias muy variadas. A mí me gusta decir que la distopía es coger un mundo, destrozarlo, imponer un régimen sociológico enfermizo y observar cómo se desarrolla un personaje en ese caldo de cultivo. Al menos en el tema que yo entiendo: la literatura juvenil; porque esto es un artículo de opinión en mi blog, también llamado "yo divagando sobre cosas".
Aunque a veces no se llegue a desarrollar en la novela el contexto sociopolítico, en juvenil, el género de la distopía es un esquema que implica habitualmente un futuro, normalmente más cercano que lejano, y un elemento catalizador que provoque la destrucción del mundo. Este catalizador puede ser de muchos tipos, pero normalmente provoca un cambio sociológico importante:
  • El catalizador más habitual es una guerra, por las causas que sean. Es el caso de Los Juegos del Hambre, en la que, aunque no nos explican qué sucede antes de que Panem exista, sí que se insinúa que hubo una guerra que acabó con un porcentaje alarmante de la población. En El Ocaso del Mundo, aunque no sea habitual encontrar distopías hibridadas con fantasía, el catalizador también es una guerra.
  • También puede haber un virus que acabe el mundo conocido. El corredor del laberinto es la distopía que se me ocurre como ejemplo: un virus ha provocado que una gran cantidad de gente enloquezca y muera (el Destello), y todo lo que sucede en las novelas está enfocado a encontrar una cura, aunque sea con métodos muy poco ortodoxos y una moralidad tremendamente dudosa.
  • El catalizador también puede deberse a un cambio de mentalidad en los seres humanos. Por ejemplo, en Delirium, el ser humano empieza a considerar que el amor es una enfermedad con la que hay que acabar: una operación en el cerebro puede anular ese sentimiento. Sobre el amor también habla Juntos, en el que aunque no se pueda erradicar ese sentimiento, es una lacra, y el emparejamiento debe producirse por genética y estabilidad social. Hay muchas historias en las que este cambio social consiste en una imposición de la belleza y la imagen sobre todo lo demás, como en Odio el Rosa o Starters (en este caso también hubo una guerra). Un caso muy curioso es el de La ciudad transparente, en la que este cambio de mentalidad se produce respecto a las redes sociales y la privacidad.
  • Un cambio en la vida tal y como se conoce. De repente, algo sucede que provoca que todo cambie: un apagón o una sequía (este último caso es el de Sed), o algo más cercano a la fantasía científica como en Mentes poderosas: un agente externo que provoca una mutación en parte de la población, despertando el terror y haciendo que la sociedad haga algo horrible que en otras circunstancias no haría: encerrar y maltratar (y matar) a los niños en campos de concentración.
Esto ha quedado ya un poco largo, pero espero que haya resultado interesante. Quizá haya gente a la que le guste leer o escuchar mis divagaciones y el yo quejándome sobre cosas. Habrá gente a la que no, claro.
Repito que esto es un artículo de opinión, con mis conocimientos sobre lengua, literatura y géneros, argumentando mis palabras y enfocado principalmente a mi campo de estudio: la literatura juvenil.

Si discrepas, estaré encantada de discutir sobre este tema contigo, siempre que lo hagas de forma civilizada y respetuosa. ¡Gracias!

sábado, 30 de mayo de 2020

Luna 174

Aún no sé qué siento por este libro. Me ha dejado confusa, inquieta y con el corazón caliente, una mezcla de sentimientos que, aunque no sé catalogar, me parecen una genialidad. Creo que sí que sé qué es lo que siento por este libro: me ha parecido una genialidad.

Luna 174 es la primera novela de Clara Duarte, una apuesta de 2019 de La Galera, con 356 páginas que se acaban haciendo cortas. Una novela que acabas con más preguntas de las que empiezas y con la determinación de volver a leerla.
La sinopsis es la siguiente:
«Luna Hatton tiene veinte años y vive en un pueblucho de Australia. Su vida parece normal, incluso aburrida: trabaja en una cafetería, toca la batería en un grupo. No es nadie importante. Aun así, Luna tiene un secreto que la persigue desde que era pequeña: es capaz de ver el color del alma de las personas. Casi todas son grises. El gris es el color que cubre el mundo, y eso para ella siempre ha sido así. Sin embargo, Luna conoce a una chica del pueblo, alguien a quien se ha sentido atada desde que tiene memoria, y ella es la única que le hace pensar que quizás existen las almas blancas: Gaia Wheeler.
A pesar de que Luna nunca ha compartido su secreto con nadie, un día recibe una oferta de una empresa que parece saberlo todo sobre ella. A simple vista, son solo unos locos dispuestos a pagarle mucho dinero por algo que ella considera intuición.
Lo que Luna todavía desconoce es la gran amenaza que se cierne sobre la Tierra y el significado del número ciento setenta y cuatro».

La historia está contada por la propia Luna en primera persona, una narración en pasado que trata de poner en orden la historia de su vida. Y Luna, hasta que el número 174 empieza a querer tomar protagonismo, tiene una vida bastante normal: el orfanato, un grupo de amigos, un trabajo... Todo es normal salvo por una excepción: es capaz de ver el alma de las personas. Luna considera que es intuición, que es una forma que tiene su mente de saber si una persona es buena, mala o, simplemente, gris.
Pero, a pesar de la normalidad, todos los aspectos de su vida orbitan alrededor a una persona: Gaia Wheeler. Ella orbita alrededor de Gaia, como la Luna alrededor de la Tierra.

Y ese planteamiento va circulando con normalidad hasta que da cuatro vueltas de campana y giros de guion y te encuentras colgada sin saber muy bien qué hacer con todo lo que ha sucedido. Aunque la genialidad no sólo está en la historia que Clara está contando, sino en cómo la cuenta: el ritmo, la tensión..., todo se acelera y empieza a golpearte al mismo tiempo que a Luna. Y eso no sería posible sin la guinda del pastel: el registro.
Es imposible meterse en la cabeza de un personaje si ese personaje no piensa como un ser humano. No puedes creerte una conversación si los personajes no hablan como lo harías tú. Y eso es lo que más me ha gustado de esta novela: que los personajes parecen personas. Los diálogos son fluidos, se interrumpen, se dejan frases a medias...; y la narración de Luna es natural y caótica.
Y, todo esto, con una prosa preciosa.

Es esa belleza y naturalidad lo que me hizo adentrarme en esta historia, y es el argumento lo que ha conseguido mantenerme obsesionada con ella, tratando de descubrir qué es lo que estaba sucediendo.
Lo que me hace querer releer de nuevo esta historia de amor de dimensiones cósmicas o, más bien, leer otra.
De la pluma de Clara Duarte, eso sí.

sábado, 23 de mayo de 2020

Momo

Esta es la otra cara del trabajo académico más importante para mí (hasta la fecha), un trabajo que, por la otra cara, tenía a Roald Dahl y a Matilda. Está siendo el trabajo más complicado y más bonito que he hecho nunca, una investigación que, aunque agotadora, me parece fascinante.

Conocido por La historia interminable, Michael Ende también es el autor de Momo. El escritor alemán creó esta grandísima obra en 1973, con la que ganó el premio Deutscher Jugendbuchpreis en 1974, un premio alemán a obras destacadas de literatura infantil. Se convirtió en una novela tan importante que, en España, la traducción de Susana Constante forma parte de Alfaguara Clásicos.
Pero, como ya os esperabais, Momo no es una obra de literatura infantil. Momo forma parte de la truculenta historia de la literatura juvenil. Pero todo eso forma parte de una investigación sin terminar de la que, si tenéis paciencia, algún día os hablaré.

No es una obra larga ni corta, sus 255 páginas son suficientes y necesarias. Con ilustraciones hechas por el propio Ende, el título completo de la historia es Momo o la extraña historia de los ladrones del tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres.
Como mi tomo es antiguo y carece de sinopsis más allá de esta frase, me fui a la página de la editorial en su búsqueda, pero además de tener un error, no me parece una sinopsis digna de una obra así. Por tanto, esta vez seré yo quien os cuente de qué va la obra.

Momo es la historia de una niña, una niña que se hace llamar Momo, pues nadie sabe bien de dónde ha salido. Vive en las ruinas de un viejo anfiteatro y tiene un montón de amigos gracias a su don: saber escuchar. Y es que todo aquel que le cuenta sus problemas a Momo, encuentra una solución o, al menos, el bienestar.
Pero, un día, unos seres extraños empiezan a apoderarse del tiempo de los hombres. Parecen hombres, pero no lo son: son grises como la ceniza, su misma voz lo es. Todo el que se cruza con ellos, acaba olvidando su experiencia y cae en sus redes. Pero Momo no. La niña, con su forma de vida y su habilidad, es la única que se acuerda de ellos cuando todo el mundo ha sucumbido ante su amenaza.
Y tendrá que viajar más allá del tiempo para salvar a sus amigos y devolverle el tiempo a los hombres.

Momo es una obra con una prosa preciosa. La narración es delicada y suave, llena de juegos y belleza. Es una alegoría casi poética de una civilización que ha perdido lo más importante: el tiempo y, con él, las ganas de vivir. Porque la necesidad de "ser alguien" nos hace sacrificar un tiempo muy valioso, un tiempo que, aunque logremos nuestros objetivos, nunca recuperaremos.

Es el carpe diem, la necesidad de vivir el momento. De recuperar las ganas de jugar, disfrutar y divertirnos.
De recuperar al niño que un día fuimos.

La costumbre de catalogar como literatura infantil libros protagonizados por niños hace que obras como esta pasen desapercibidas por los adultos. Pero cometemos un error: ni la literatura infantil es solo para niños, ni todas las obras protagonizadas por niños son estrictamente infantiles: el error cometido al clasificar obras como El Principito o El niño con el pijama de rayas lo demuestran.
La literatura juvenil es mucho más que obras dirigidas a jóvenes. Me faltan muchos años de investigación para dar una respuesta clara a la pregunta "¿Qué es la literatura juvenil?", pero de momento sí que puedo deciros que hay obras juveniles que están dirigidas a un público adulto. Momo es una de esas obras: un niño puede disfrutarla, un joven apreciará la belleza y un adulto aprenderá algo que no sabía que necesitaba aprender.

Pero estas son las reflexiones de alguien que está intentando sacar algo en claro de un trabajo, así que no hace falta que me toméis muy en serio. Ni siquiera yo sé muy bien lo que quería deciros, tan solo divago. Y os dejo mis divagaciones por si alguna vez tienen sentido.

Unas últimas palabras:


No olvidéis al niño que un día fuisteis, lo necesitáis para enfrentaros a vuestro yo futuro.

sábado, 16 de mayo de 2020

El Ocaso del Mundo I: Extinción

Creo que he encontrado a mi alma gemela en forma de editorial. Tienen un catálogo pequeño de momento, poco más de un año en activo, pero ya se ha ganado mi apoyo incondicional. Por las historias que publican, por el cariño de sus ediciones, por la forma de las preventas...
Ediciones Freya tiene un futuro muy interesante, y yo quiero estar ahí para verlo.

La historia que os traigo hoy es el principio de otra bilogía: El Ocaso del Mundo, de Judit Da Silva. Esta primera parte se llama Extinción, y además de encantarme y tenerme enganchada durante sus 280 páginas, me ha hecho reflexionar sobre literatura y géneros literarios. (Ya hablaré de esto más adelante en otra entrada).

Publicada en 2020 con una portada impresionante de Cecilia G. F. (@ThanatosOfNicte), la sinopsis es la siguiente:
«Atrapados por unos muros que ellos mismos construyeron, el remanente de la humanidad ya no es capaz de luchar contra quienes los apresaron: los vampiros.
A pesar de que toda esperanza parece perdida, y de que no ha conocido otro modo de vida, Hugh no está dispuesto a morir encerrado en una cárcel. Sabe que su rebeldía puede significar su fin, pero la determinación que corre por sus venas lo lleva a huir y a enfrentarse a los restos del mundo que un día perteneció a los humanos.
Mirella, una joven mordedora del nido de Cárcel, está harta de ver cómo, tras la Gran Conquista, han pasado de ser criaturas temidas e idolatradas a partes iguales, a simples monstruos movidos por un instinto demasiado primario.

¿Será cierto lo que los vampiros sugieren, que la humanidad más allá del cautiverio está extinta?».

La historia que nos trae Judit es una distopía hibridada con la fantasía, que parte del supuesto fantástico de que los vampiros existen, se han estado ocultando durante milenios y han acabado apresando a los humanos para criarlos en cautividad. Pero, tras 25 años desde la guerra, Mirella no tiene muy claro que le guste su nueva realidad, y Hugh, nacido dentro de los muros, no se cree que los humanos "salvajes" estén extintos. Y así es como ambos personajes se acaban embarcando juntos en un viaje sin destino y en una inesperada amistad.

Una de las cosas que más me han gustado de la novela son los personajes. Narrados en tercera persona, va cambiando la focalización de uno a otro para mostrar su perspectiva del mundo, sus pensamientos y sus sentimientos. La relación que se va formando entre Hugh y Mirella es muy bonita, y el cuidado que pone la autora en la descripción del mundo es muy agradecido.
Las historias tienden a relacionarse con elementos conocidos para facilitar la comprensión del lector, pero Hugh, al haber nacido en cautividad, desconoce la existencia de la mayor parte de esos elementos y necesita que alguien se los explique. Esta una de las características que más me han gustado de la novela: el cuidado y el respeto al mundo y a los personajes construidos.

La premisa de esta obra me parece muy interesante, y el desarrollo de la primera novela me ha impresionado y enganchado a partes iguales. Necesito saber cómo continúa, así que me quedaré aquí, sentadita en mi silla, intentando no morderme las uñas esperando a la segunda parte.
Deseadme suerte.

sábado, 2 de mayo de 2020

Reinos de Cristal

Pensaba que eran exageraciones, pero este libro me ha partido el corazón por cinco sitios distintos. Las esquirlas de la cubierta, directas al corazón.

Reinos de Cristal es la quinta entrega y la conclusión de la saga Marabilia, de Iria G. Parente y Selene M. Pascual. Situada diez años después del final del primer libro de la saga (en concreto, el libro comienza con las palabras finales del epílogo), la novela, publicada en 2019 por Nocturna, recupera personajes y tramas de los cuatro libros anteriores. Por tanto, aunque Marabilia se componga de historias independientes, Reinos de Cristal pierde mucho sentido sin conocer las historias narradas en Sueños de Piedra (2015), Títeres de la Magia (2016), Ladrones de Libertad (2017) y Jaulas de Seda (2018).

Son 685 páginas cargadas de sentimiento las que ponen fin a esta exitosa saga. La sinopsis, que puede contener spoilers de los libros anteriores, es la siguiente:

«Bienvenida a casa, mi reina.
Con esas palabras, el rey Arthmael de Silfos recibe a su prometida, a la que ha esperado durante diez años en los que han mantenido una relación secreta.
Ahora, la noticia de su próximo enlace corre como la pólvora por Marabilia, un continente que en los últimos tiempos ha asistido a un progreso tras otro: la magia ya no es imprescindible, las piratas son princesas y las mujeres pueden reinar solas.
Pero ¿y si en un mundo que no deja de avanzar... hay un límite capaz de romperlo todo?».

No sé cómo me siento.

No me gusta hacer reseñas de conclusiones de sagas porque es muy complicado no desvelar nada importante de las tramas de los libros anteriores al intentar hablar del último libro.
Como ya he dicho, esta historia rescata personajes de todas las historias anteriores, además de incluir algunos nuevos. De esta forma, terminamos de conocer todos los reinos de Marabilia, con sus rincones secretos y sus dirigentes. Las intrigas políticas se vuelven más relevantes a medida que avanza la historia en los libros, y quizá ni nosotros ni los personajes seamos conscientes hasta este momento de lo importante que es la política en Marabilia.

No quiero hablar más, como he dicho, es complicado profundizar sin explicar nada relevante. Tan sólo diré que, a pesar del dolor, de las esquirlas de cristal en el pecho, es un buen final.
El final que, después de todo, Marabilia se merece.

Toda esta saga ha sido un viaje, un viaje de descubrimiento y de autodescubrimiento. Es increíble cómo, a través de una historia de magia y fantasía, en un continente de leyenda, puedes encontrarte a ti mismo. En personajes, en tramas, en pensamientos plasmados en el papel.
Y cómo, a través de la ficción, se puede hablar tan bien del mundo en el que vivimos: de libertad, de feminismo, de política... Esa es la magia de la literatura.

Si Iria, Selene y Marabilia no están en los libros de Literatura en unos años, seré yo quien las coloque en ellos. Promesa.

sábado, 25 de abril de 2020

Los Juegos del Hambre

Siempre recurro a estos libros cuando me encuentro mal, cuando la vida ahí fuera es demasiado complicada o frustrante para prestarle atención. Ya he perdido la cuenta de las veces que los he releído, pero sé que siempre tardo menos de una semana en leerme los tres.

Los Juegos del Hambre es la exitosa trilogía escrita por Suzanne Collins, que fue llevada al cine por Gary Ross (la primera) y Francis Lawrence (las otras tres), y protagonizadas por Jennifer Lawrence y Josh Hutcherson.
La trilogía de novelas está compuesta por Los Juegos del Hambre (2008), En llamas (2009) y Sinsajo (2010), originalmente The Hunger Games, Catching Fire y Mockingjay. Fueron traducidas las tres por Pilar Ramírez Telló y publicadas en España por RBA.

Si, a pesar de todo, seguís sin conocer el argumento de la saga, la sinopsis del primer libro es la siguiente:
«El mundo estará observando.
Ganar significa fama y riqueza. Perder significa una muerte segura.
En una oscura versión del futuro próximo, doce chicos y doce chicas se ven obligados a participar en un reality show llamado Los juegos del hambre. Solo hay una regla: matar o morir.
Cuando Katniss Everdeen, una joven de dieciséis años, se presenta voluntaria para ocupar el lugar de su hermana en los juegos, lo entiende como una condena a muerte. Sin embargo, Katniss ya ha visto la muerte de cerca; y la supervivencia forma parte de su naturaleza.
¡Que empiecen los septuagésimos cuartos Juegos del Hambre!».

La trilogía completa son 1225 páginas (396+407+422) que, por la intensidad de la narración, por el juego de tensión y ritmo que utiliza Suzanne Collins, resultan adictivas. La historia, página a página, se convierte en una obsesión de la que es imposible salir hasta que llegas a la última página de la historia. E, incluso, después.

Narradas en primera persona desde la perspectiva de Katniss, estas novelas marcaron un antes y un después en la historia de la distopía juvenil: sagas como Juntos (2010), Delirium (2011), Divergente (2011) o El corredor del laberinto (2009) surgieron después. No quiero decir que antes de Los Juegos del Hambre no se escribiese y publicase este género, hablo de modas. El mercado se rige por modas, el de la literatura también. Y es que, entre 2010 y 2015, el mercado de la literatura juvenil se llenó de distopías.
Echo de menos esos años en los que siempre había una nueva novela distópica que leer, una nueva aventura. El mercado se colapsa, las novedades son efímeras, pero no me costaba tanto encontrar distopías entretenidas como ahora.
Me gustan las distopías, creo que eso no es un dato nuevo para vosotros.

Como cualquier obra, responde a su época. Y, por aquel entonces, otra de las modas era la narración en primera persona. Hay muy pocas distopías de entonces que no estuvieran narradas en primera persona (una excepción, El corredor del laberinto). La primera persona permite ese juego directo de entrar en la cabeza de los protagonistas, una de las razones por las que las adaptaciones cinematográficas pueden o no funcionar (como es el caso de Mentes poderosas (seamos conscientes también de que esta película se estrenó en 2018, el auge había pasado, era muy difícil que funcionara)) o ser complicadas (la primera película de Los Juegos del Hambre tiene una narración muy extraña). No entiendo de cine ni de adaptaciones, por lo que no me extenderé en el tema, pero el personaje de Katniss Everdeen siempre me pareció mucho más complejo de lo que pude ver en el cine.

Katniss se ve obligada a entrar en una arena donde tiene que ver morir a la gente que la ha acompañado hasta allí, que tiene que decidir entre matar y salvarse. Y es consciente de que su familia puede ver a través de las cámaras lo que le está sucediendo: no puede dejarse, no puede derrumbarse, tiene que seguir adelante. Eso es algo que acaba pasando factura a la mente de una persona, y la autora consigue transmitirlo bastante bien.
El personaje va enloqueciendo poco a poco y, a través de la primera persona, vas sintiendo cómo Katniss va perdiendo la cabeza. Y, junto a ella, tú comienzas a obsesionarte, a caer en las redes de la narración, y la lectura se vuelve adictiva.

Sin extenderme demasiado, para no hablar de más de la saga y no desvelar nada del segundo y el tercer libro a quien no conozca de qué va, Los Juegos del Hambre no es sólo una historia de una adolescente con problemas, ni una "copia barata" de Battle Royal (lo he escuchado alguna vez, hay que aprender a distinguir entre copia, inspiración y guiños), sino que habla de política, de derechos humanos, de tiranía, de dictaduras, de hambre, de guerra... En resumen, de seres humanos.
En palabras de uno de los personajes: «Somos seres inconstantes y estúpidos con mala memoria y un don para la autodestrucción».

No pretendía hacer una disertación sobre distopías, modas y mercado literario, pero supongo que no es posible hablar de Los Juegos del Hambre sin mencionar la importancia que tuvo en la historia de la literatura. También, supongo, se deba a la deformación profesional.

Nota final: Es un poco raro que haya decidido reseñar esta obra justo cuando se ha anunciado la publicación de la precuela, pero os prometo que no ha sido premeditado. Aun así, me toca hablar de ese tema: hace unos meses se anunció una nueva obra ambientada en este mundo, Balada de pájaros cantores y serpientes, que será publicada por RBA el 19 de mayo. Hace unos días también se anunció que esta precuela tendrá película, dirigida por Francis Lawrence.
Por lo que se sabe de la sinopsis, la obra tendrá como protagonista al presidente Snow antes de todo, cuanto tan solo tenía 18 años. Por tanto, dudo mucho que nos encontremos personajes conocidos, la narración será distinta (tercera persona, por lo que puedo ver del primer capítulo) y aparecerá 10 años después de que Collins pusiera fin a la trilogía.
La verdad, no sé qué esperar de esta novela, pero me tiene intrigada.

sábado, 18 de abril de 2020

Jaulas de Seda

Creo que esta es una de las obras más feministas y esperanzadoras que he leído, una oda a las mujeres y a la sororidad, con un mensaje importantísimo que nos hace recordar por qué luchamos y por qué no debemos sucumbir ante la gente que intenta enfrentarnos y encerrarnos.

Jaulas de Seda es la cuarta entrega de la saga Marabilia, que empezó en 2015 con Sueños de Piedra y continuó con Títeres de la Magia (2016) y Ladrones de Libertad (2017).
Publicada en 2018 por Nocturna, la obra de Iria G. Parente y Selene M. Pascual destaca por la impresionante portada de Javi Araguz y el ave que aparece en ella. Un animal que no sólo tiene importancia para algunos de los protagonistas, pues, a su manera, cada uno de los personajes de este libro es un pájaro que intenta escapar de la jaula que han construido para encerrarlo.
La sinopsis es la siguiente:
«Ivy de Dione ha sabido siempre que su destino era casarse para poder reinar y ahora, por fin, va a conocer a su prometido. Sin embargo, cuando el príncipe Fausto de Granth llega a las costas de su nuevo reino, no encuentra el lugar tranquilo que esperaba. Dione es en realidad una jaula, y sus barrotes se componen de secretos e intrigas por doquier.
Mientras tanto, Marabilia se prepara para la Cumbre, el gran acontecimiento político que reúne a los regentes de los ocho reinos y que podría cambiar las vidas de todos.
Es posible que Ivy de Dione conozca su destino. Pero también que lleve toda la vida equivocada».

Como ya he dicho en las reseñas de los libros anteriores,
cada libro de la saga cuenta una historia independiente.
Pero siempre hay referencias a las historias anteriores,
por lo que conviene leerlas por orden.

A través de las 632 páginas que tiene el libro, vamos conociendo Dione y Granth, dos reinos de Marabilia que aún no habíamos tenido la oportunidad de conocer. Dos reinos muy distintos, pero cuyos habitantes se parecen más de lo que a simple vista se puede admitir. Y es que tanto Fausto y Samira (procedentes de Granth) como Ivy y Cordelia (que han vivido toda su vida en Dione) tienen que asumir un papel que les han obligado a cumplir y con el que, sean conscientes o no, no están de acuerdo. Una jaula de oro, plata y seda de la que, a pesar de sus alas, no pueden escapar.

Jaulas de seda narra, en primera persona desde la perspectiva de los cuatro protagonistas, una historia de intrigas, reyes y palacios. Pero, como las novelas anteriores, también habla de amor propio, de superación y de enfrentarse a las adversidades. De quererse a uno mismo, de luchar por nuestros sueños. De vivir la vida que nosotros queramos vivir, no la que han elegido para nosotros.

También habla de mujeres. De mujeres fuertes e independientes que luchan por ocupar el lugar que les corresponde por derecho, aunque otros se hayan empeñado en arrebatárselo. De mujeres perdidas que necesitan encontrar su lugar. De mujeres que aprenden a luchar juntas por sus sueños y, sobre todo, que descubren que no están solas ni nunca lo han estado.
De mujeres que aprenden que juntas son más fuertes.

Si estamos juntas, no habrá jaula lo bastante grande para contenernos a todas.

sábado, 4 de abril de 2020

Hasta el fin del mundo

Creo que ya he comentado más veces que no suelo leer romántica, pero hay momentos que, como en estos días inciertos, necesito una lectura fácil, suave y dulce. Que una lectura sea fácil, suave y dulce no hace que sea peor ni una pérdida de tiempo, ni mucho menos. Y es que por muy absurda que fuera la historia, ha conseguido engancharme y hacerme olvidar el mundo durante unos días. Algo que, últimamente, no es nada fácil.

Bajo el pseudónimo de Amy Lab se esconden Ana Alejandro Moreno y María Cereijo Arnáez, dos autoras españolas que guardan tras de sí otros dos títulos: Nunca digas nunca (2012) y Pero a tu lado (2013). Hasta el fin del mundo es su última novela, publicada en 2016 por el sello Alfaguara.

Las tres son historias contemporáneas cargadas de suspense, amor y clichés: un misterio que resolver y un chico extraño que se va metiendo en la vida y el corazón de la protagonista. Y no creo que sea la única persona a la que estas historias le dan paz y le sacan unas cuantas carcajadas.
La sinopsis que aparece en la contraportada de este libro es la siguiente:
«Todos escondemos algo..., pero algunos secretos nunca deberían desvelarse...
Perdida. Así es como se siente Mat tras el accidente que ha trastocado su vida. Cuando piensa que ya nada puede ir a peor, sale a la luz un inquietante misterio que rodea a su familia. Para llegar a la verdad y animarse a seguir adelante, necesitará la ayuda de Áxel, un carismático desconocido del que tal vez no deba fiarse.
¿Conseguirá descifrar todos los enigmas del pasado?».

Pero en la solapa interior tenemos otra que nos aclara un poco más qué es lo que está pasando:
«Mat está empezando su primer curso en la universidad cuando ve cómo su vida se derrumba por un trágico accidente. Por si esto fuera poco, la policía descubre algo que la afecta de un modo imprevisible: un vínculo entre su familia y una investigación policial en Suecia de hace casi veinte años.
La irrupción de Áxel, un periodista joven y emprendedor que decide ayudarla a investigar, será un soplo de optimismo y aire fresco.
Aunque, a veces, es peor obtener respuestas que seguir viviendo con las preguntas».

La premisa con la que se inicia la historia es que la vida de Mat ha sido trastocada por un accidente, un accidente que ha acabado con la vida de su padre y mantiene a su madre postrada en la cama de un hospital, en coma. Esto no es spoiler porque el libro empieza, literalmente, con el entierro del padre. Y desde ese día, Mat empieza a ver a un chico en todas partes: en el cementerio, en el hospital...; un periodista interesado en contar la historia del trágico accidente.
Obviamente, la historia empieza a complicarse para entrelazar las vidas de estos dos personajes, y esta complicación surge cuando la policía aparece en casa de Mat por una coincidencia del ADN de su padre con una investigación policial en Suecia: Áxel, el periodista inquieto, necesita saber qué se esconde detrás de esa investigación; Mat, la hija llena de preguntas, necesita encontrar las respuestas que su padre ya no le dará y su madre no está en condiciones de responder.

Como ya he dicho, la historia, narrada en tercera persona desde la perspectiva de Mat, está cargada de tropos comunes y clichés. Las situaciones son predecibles, los personajes algo planos y las conversaciones artificiales. Quizá no sea el mejor libro que he leído, lo sé, pero no podía soltarlo. He devorado sus 322 páginas en dos días y eso no es algo que consiga cualquier libro. No llegué a él con demasiadas expectativas, tan sólo quería olvidarme un rato del mundo, pero gané algo más que eso: los clásicos no es mi novia, es mi hermana y sólo hay una cama. Tropos que me hacen estallar en carcajadas por lo predecibles que son.

Sí, a excepción de un par de cosas, sabía perfectamente todo lo que iba a suceder, cómo iba a hacerlo y qué es lo que acabaría pasando. Pero a veces esas historias son necesarias para abandonar el mundo, para reírnos un rato y para sentirnos en paz durante unas horas. No todo van a ser personajes complejos, historias enrevesadas y nudos complicadísimos, hay tiempo para todo. 

sábado, 21 de marzo de 2020

Matilda

Normalmente reseño obras de literatura juvenil, pero el mundo académico me ha llevado a leer este libro y lo he disfrutado muchísimo. Puede ser una obra infantil, pero hay mucho más en los libros de Roald Dahl que lo se aprecia siendo un niño.

Publicada por primera vez en 1988, Matilda se ha convertido en uno de los clásicos más importantes de la literatura infantil, y de la literatura en general. Llevada al cine en 1996 con Mara Wilson en el papel de Matilda, la obra de Roald Dahl ha formado parte del imaginario colectivo desde hace varias generaciones, consiguiendo un sitio en la colección "Clásicos" de Alfaguara. Su traducción al español corre a cargo de Pedro Barbadillo (ya en 1989), mientras que las ilustraciones de portada y del interior son las de su publicación original: la conocida mano de Quentin Blake (1988).
Con 244 páginas en la última reedición de Alfaguara (2016), la sinopsis de la obra es la siguiente:
«Matilda es una ávida lectora de solo cinco años. Sensible e inteligente, todos la admiran menos sus mediocres padres, que la consideran una inútil. Además, tiene poderes extraños y maravillosos...
Un día, Matilda decide liberarse y empieza a emplearlos contra la abominable y cruel señorita Trunchbull».

Escrita en tercera persona y con un narrador omnisciente y, en parte, ligeramente editorial, Matilda nos cuenta con mucho humor la historia de esta niña que da nombre al libro, en la que nos encontramos con un montón injusticias y venganzas. No sé hasta qué punto puede considerarse spoiler en una obra tan conocida, así que solo os contaré lo que conocemos al principio del libro, poco más que lo que nos cuenta la sinopsis:
Matilda, a pesar de su inteligencia fuera de lo común y de haber aprendido a leer sin ayuda, es ninguneada y maltratada verbalmente por sus padres, quienes consideran que leer es una pérdida de tiempo y no parece llamarles la atención que, con menos de cinco años, su hija se pase el día leyendo libros enormes. Y ante el maltrato de sus padres, ella reacciona de la única manera que se le ocurre: castigándoles. Se inventa castigos originales con los que ellos puedan pagar lo que le han hecho, pero que no puedan relacionarlos con ella. El nudo de la historia empieza cuando, con cinco años, sus padres se acuerdan de que debería ir al colegio y la inscriben en la Escuela Primaria Crunchem, dirigida por la abominable señorita Trunchbull.

Matilda es una historia que se puede disfrutar a cualquier edad. Sí que es cierto que los personajes responden a los esquemas "muy bueno" y "muy malo" propios de una perspectiva infantil, pero hay otros muchos aspectos que, quizá, se perciban mejor desde una visión más adulta: el humor sarcástico de Dahl, la crítica social personalizada en los Wormwood, la historia que hay detrás de la señorita Honey... Y, a pesar de ello, podemos deleitarnos con un final feliz.

Antes de terminar, me gustaría destacar la influencia que ha tenido Roald Dahl no solo en sus lectores y en el imaginario colectivo, sino también en la literatura posterior: podemos encontrar un poquito, por ejemplo, de los Wormwood en los Dursey.
Y quizá, si miramos un poco más detalladamente nuestros libros, encontremos más personajes inspirados en la obra del gran Roald Dahl.

sábado, 14 de marzo de 2020

La Constelación de los Dragones

Hacía mucho tiempo que no me metía tanto en un libro hasta obsesionarme con el mundo, con los personajes y con la historia. Ha sido un descubrimiento que me ha tenido enganchada de principio a fin tanto por la trama como por la belleza con la que está escrito.

La Constelación de los Dragones es la primera novela publicada de Maribel Abad. Pertenece a lo que yo denomino "fantasía pura": mundos mágicos y seres fantásticos; y además de mantenerme enganchadísima durante 455 páginas, me ha dejado con ganas de más libros ambientados en el mundo de Arcálie. La editorial encargada de hacer que esta maravilla vea la luz es Onyx Editorial, y esa preciosa portada que véis en la imagen es obra de Miss Arilicious.
Publicada en 2019 (me pregunto por qué he tardado tanto tiempo en devorarlo), esta es su sinopsis:
«¿Se puede progresar en la vida cuando uno no sabe quién es? En el mundo mágico de Arcálie no, pues magia e identidad van cogidas de la mano, y el que no encuentra su poder está condenado a la exclusión.
Esto lo descubren Finthan Fideri y sus amigos cuando salen de su bosque por primera vez para entrenar como Ojeadores. Más allá de las murallas de su Títhame natal, se encuentran con la realidad de que la vida en Arcálie es mucho más peligrosa de lo que ellos habían imaginado siempre.
Que el poder de Finthan sea el de caminar hacia lo perdido hace que este se proponga hallar a Gwendelan, la desaparecida Alta Hechicera».

Creo que ya lo he dicho, pero es que me ha FLIPADO a todos los niveles. Prometo ser un poco más seria para intentar explicar por qué.

Para no dar demasiados datos, empezaré diciendo únicamente que, en el mundo mágico de Arcálie, los habitantes están divididos en tres razas: Fáe, Eskei y Arcálenos. Y el poder vinculado a la raza Eskei es el de captar pensamientos. Todo es mucho más complicado, hay mucha más magia y poderes, pero para lo que quiero explicar me vale con esto, porque esto tiene que ver con la narración y la narración de esta historia ha sido lo mejor que me ha pasado en lo que llevamos de 2020.
La historia está narrada en primera persona por un narrador testigo, un narrador testigo que, además, es Eskei. Y la historia está estructurada como una narración de los hechos reales bajo una leyenda. Como esto forma parte del prólogo, no estoy revelando nada importante. Además, os dejo aquí los primeros capítulos.
Lo que significa esta elección del narrador es que la autora ha desarrollado una narración en tercera persona, focalizando los pensamientos del protagonista (y otros), con una explicación convincente porque estos hechos no te los está contando un ente omnisciente, sino un ser real. Y eso, de verdad, me ha encantado.

Por otro lado, la descripción del mundo de Arcálie desde la perspectiva de sus habitantes, de un mundo tan bonito y tan complicado, con tanto lirismo y acierto... me ha introducido sin que me de cuenta en todo este mundo, comprendiendo su funcionamiento muy fácilmente, consiguiendo que me hiciera teorías sobre lo que estaba sucediendo pensando como pensarían los habitantes de Arcálie...
Y hacía mucho, mucho tiempo que no me sucedía esto con un libro.

No quiero contar más porque este libro ha sido una experiencia preciosa y me gustaría que entrarais en él como lo he hecho yo: sin saber qué os vais a encontrar y rindiéndoos a la magnífica prosa de Maribel Abad desde la primera página.

sábado, 29 de febrero de 2020

Mystical

A esta saga llegué casi de pura casualidad. Había leído sobre ella y me había cruzado con un montón de ilustraciones y opiniones, pero no fue hasta que estuvo publicado el segundo libro que me decidí a hacerme con ellos. Y me leí los dos primeros en dos días. Ahora que he terminado de leer la saga, me arrepiento muchísimo de no haber leído los dos últimos según cayeron en mis manos.

Mystical es una apuesta de La Galera sobre un tema que estuvo muy de moda cuando yo era pequeña, pero que con el tiempo se fue diluyendo: las Magic Girls. Si no estáis familiarizados con el término, quizá sí que hayáis oído hablar de la serie de cómics W.I.T.C.H., creada por Elisabetta Gnone, Alessandro Barbucci y Barbara Canepa, una serie que se convirtió en uno de los pilares de mi infancia.
Ha sido muy bonito volver a ese rincón de mi infancia a través de una historia llena de originalidad y humor y, aunque no he olvidado a las chicas mágicas de Gnone, mi corazón se ha hecho un poco más grande para hacer un hueco a las Mystical.

Escrita por Marta Álvarez e ilustrada por Laia López, la saga Mystical cuenta de momento con cuatro entregas: El despertar de la Magia, La guardiana perdida, El reflejo oscuro y El dominio del Caos. Con un total de 1032 páginas que más que leer se devoran y publicada entre 2017 y 2019, su sinopsis inicial es la siguiente:
«La Puerta se ha abierto y solo las Mystical pueden proteger al mundo del Caos.
La Tierra es un mundo de luz. Al lado hay otro, lleno de oscuridad y violencia. Los separa una Puerta que se abre cada doscientos años liberando irremediablemente criaturas tenebrosas. Para defender la Tierra, la Puerta escoge a cinco chicas y les otorga los poderes de los cinco planos místicos para convertirlas en Mystical, las Guardianas de la Puerta.
Erin, Nora, Iris, Hana y Luna comparten clase y poco más, pero una fatídica noche su vida cambiará para siempre. Pasarán de ser chicas normales y corrientes a tener unos poderes que no saben controlar y una misión imposible que cumplir.
Adéntrate en el mundo de Mystical, donde las chicas son guerreras...
Y las puertas esconden mucho más que secretos». 

Escrita en tercera persona y focalizada en diferentes personajes según el capítulo, Mystical nos adentra en las vidas de Erin, Nora, Iris, Hana y Luna, cinco adolescentes a las que, una noche, sorprenden cinco gemas mágicas, eligiéndolas como Guardianas de la Puerta y dotándolas de poderes mágicos. Esa misma noche descubren la existencia de la Puerta, que separa la Tierra de Umbria o, mejor dicho, el Orden del Caos. Puerta por la que intentan acceder monstruos cuyo único objetivo es sembrar el Caos en la Tierra. Y la tarea de nuestras cinco chicas, conocidas como Mysticals, es evitarlo.
Pero el problema es que Erin, Nora, Iris, Hana y Luna han recibido de golpe unos poderes que no saben usar, tienen que luchar contra bestias que no comprenden y, lo peor de todo, enfrentarse a la dura vida de una adolescente. Y eso no es nada fácil.

La pluma de Marta Álvarez, sin perder el humor y la dulzura que caracteriza a la saga, consigue crear unos personajes con sus luces y sus sombras, sus problemas, sus aficiones, sus miedos... Unos personajes a los que es imposible no coger cariño y a los que Laia López ilustra a la perfección. Y juntas consiguen adentrarnos en un mundo en el que las chicas tienen que enfrentarse a monstruos y a exámenes, pero en el que descubren algo mucho más fuerte que todo eso: la amistad. Porque esta, a pesar del Caos, de la Magia y de la Puerta, es una historia de amistad.

Mystical tiene cuatro entregas DE MOMENTO. La reseña de hoy tiene, en parte, una intención egoísta: si consigo que os pique el gusanillo con estos libros y los compráis para vosotros o para regalar, la serie tendrá más posibilidades de ser renovada y, por tanto, yo estaré más cerca de saber qué más aventuras esperan a mis chicas. Estaré más cerca de tener más libros de Mystical que devorar. Y creedme, LOS NECESITO.

sábado, 1 de febrero de 2020

Fragmentos del Corazón

No suelo leer romántica, muchas veces porque no me gustan demasiado las historias que se desarrollan en un mundo contemporáneo, y otras muchas porque la historia de amor que cuentan es demasiado perfecta como para creérmela. Sin embargo, con esta sí que he conseguido sentirme identificada. Y me ha encantado.

Fragmentos del Corazón es la última novela de Cristina Prieto Solano, conocida en redes como Nana Literaria (@NanaLiteraria), una novela preciosa con 254 páginas publicada en 2019 y una portada de LiberLibélula.

Su sinopsis es la siguiente:
«Tres amigas viven en un pequeño piso de Madrid mientras intentan sobrevivir a la etapa universitaria.
María acaba de salir de una relación tóxica que le ha dejado seco el corazón, así que se registra en la aplicación LoveMatch para intentar distraerse y decidir qué espera del amor.
Laura tiene dos enemigos: ella misma y la imagen que le devuelve el espejo. Al conocer a Tamara comprende que debe tratar con sus inseguridades para así descifrar sus verdaderos sentimientos.
Tea se siente atrapada en una relación que no le llena, pero prefiere conformarse a enfrentarse a la soledad. Una decisión precipitada le hace plantearse qué es lo que realmente necesita y, sobre todo, cómo quiere conseguirlo.
Las tres chicas se embarcan en historias de amor muy diversas, y tendrán que apoyarse mutuamente en una etapa en la que los conflictos no las abordan desde el exterior, sino que las hieren por dentro.
¿Será el amor lo que las cambiará para siempre?».

Escrita en tercera persona y con un cambio de focalización entre las tres protagonistas, la obra nos cuenta las diferentes historias de amor en las que se embarcan. Historias no idealizadas, historias que podrían ser completamente reales, porque yo he sido María, Laura y Tea en diferentes momentos de mi vida.
Cristina Prieto narra las vivencias de sus personajes con sencillez y naturalidad, llamando a las cosas por su nombre, consiguiendo que, mientras lees, te preguntes seriamente si ese personaje estará inspirado en tu vida.
Decir más de las chicas de lo que aparece en la sinopsis rozaría el spoiler, y prefiero que seáis vosotros los que vayáis viviendo sus historias de amor con ellas, que, quizá, no sean tan diferentes entre sí.

Me gustaría acabar esta reseña con una reflexión que no es mía: El verdadero amor de tu vida eres tú. Así que cuidaos, mimaos y aprended a quereros. Yo sigo en ello, es una promesa que me he hecho a mí misma.

sábado, 18 de enero de 2020

Mentes poderosas

He tenido que leer esta historia dos veces hasta atreverme a hacer una reseña sobre ella. Quizá porque la primera vez no me pilló en un buen momento, o quizá porque me siento tan identificada con algunas cosas que me ha costado sacarlo.

Mentes poderosas es una trilogía escrita por la escritora estadounidense Alexandra Braken. Publicada originalmente entre 2012 y 2014, fue traída a España por RBA entre 2013 y 2015, traducida por Isabel Murillo (primer tomo) y Manuel Manzano (segundo y tercer tomo). Las portadas que aparecen en la imagen son de la reedición de 2018, a raíz de la adaptación cinematográfica del primer tomo y del lanzamiento del cuarto libro, pues la trilogía ha pasado a ser una pentalogía (aunque en esta reseña únicamente quiero hablar de la trilogía original). Además, las nuevas ediciones vienen con unos relatos protagonizados por diferentes personajes de la historia, traducidos por Montse Triviño.
Hay que destacar que los títulos de la trilogía forman una frase, tanto en la versión inglesa como en la española, si bien la inglesa me parece que tiene otro sentido que la española. Por tanto, el título de la trilogía realmente es Mentes poderosas nunca olvidan una luz incierta y, en inglés, The darkest minds never fade in the afterlight que, haciendo una traducción muy a mi manera, yo traduciría como 'Las mentes más oscuras no se desvanecen en la luz del crepúsculo', y que creo que hace alusión a la forma en la que uno de los personajes se imagina el futuro.

Con 1659 páginas en total (543+542+574) y una historia muy absorbente, la sinopsis del primer tomo es la siguiente:
«Ruby tiene dieciséis años. Es peligrosa. Y está viva. Por ahora.
Una misteriosa enfermedad ha acabado con las vidas de la mayoría de niños del país. Ruby ha sobrevivido, pero ella y muchos más deberán enfrentarse a algo mucho peor que un virus: unas terroríficas habilidades que no son capaces de controlar. Ruby es enviada a Thurmond, un brutal campo de rehabilitación donde aprende a temer y a reprimir su nuevo poder. Pero ¿y si saber controlarlo es la única opción de supervivencia de toda una generación?».

Narrada en primera persona por Ruby, la obra se adentra en un mundo distópico en el que surge una nueva enfermedad, la ENIAA (enfermedad ideopática aguda en adolescentes), que provoca la muerte de la mayor parte de los niños y la mutación de aquellos que sobrevivieron: de pronto, son capaces de hacer cosas extraordinarias con la mente, como mover objetos o controlar la electricidad. Y ante esta nueva realidad, el Gobierno decide internar a estos jóvenes (llamados psi) en centros de rehabilitación hasta que se encuentre la forma de arreglar el problema, cazando incluso a los fugitivos que consiguieron huir de los internamientos.
Y a pesar de esta trepidante historia de persecuciones y luchas, a mí lo que realmente me ha importado es el desarrollo de la protagonista. Porque, incluso en las escenas de acción, lo más interesante seguía siendo lo que sucedía dentro de su cabeza: cómo se siente ante sus nuevos poderes, cómo le afecta lo que sucede a su alrededor, el dolor que le provoca todo lo que tiene que hacer para sobrevivir...
Ruby no es una heroína. Nunca pidió serlo y nunca lo fue. El retrato que hace Alexandra Bracken no es el retrato de una heroína, sino el de una chica asustada y desesperada, una persona que ha perdido demasiadas cosas y sabe que tiene una habilidad que puede ayudarla a proteger a los demás. También es una chica que se siente en deuda, que necesita un perdón que sólo puede darse ella misma, que se cree con la obligación de cuidar de los que la rodean. Que piensa que está sola sosteniendo un mundo entero sobre sus hombros.
Pero Ruby también se equivoca. No toma las mejores decisiones del mundo, hace cosas que hacen daño a los demás y a veces no se comporta como debería. Y eso es lo que la convierte en un personaje redondo: porque Ruby es humana, y los humanos cometemos errores.

Ruby sólo es una persona desesperada con un trastorno de ansiedad. Alguien con quien me siento muy identificada. La razón por la que esta historia se me ha metido tan hondo que me ha costado dos lecturas comprender qué es lo que sentía.

sábado, 4 de enero de 2020

Crónicas del Mar I: Venganza

Este libro me llamó por su portada y la idea de la aventura pirata, pero me enamoró por sus personajes y por su mensaje más importante:

No existe hombre con fuerza suficiente como para someterte a sus deseos,
pero sí lo bastante necio como creer que puede.

Venganza es la primera parte de una bilogía de ambientación pirata titulada Crónicas del Mar, escrita por Andrea D. Morales y publicada en 2019 por uno de mis nuevos descubrimientos: Ediciones Freya. Se trata de una absorbente y emocionante historia de aventuras marítimas, con tintes de fantasía y de ficción histórica. Una historia en la que, a pesar de ser conscientes de que no son las mejores personas del mundo, aprendes a querer a casi todos los personajes como si fueran parte de tu familia.

Con 414 páginas y una llamativa cubierta por parte de Eicinic, además de unos preciosos detalles interiores, la sinopsis de la obra es la siguiente:
«El código pirata castiga con la muerte a aquel marinero que ha cometido un acto de deslealtad. Taryn es una traidora a ojos del mundo, por lo que se ve obligada a huir de todo lo que conoce, y a refugiarse en la Isla Latrones, para vivir en el anonimato y convertirse en una persona completamente diferente. Cuando el pasado vuelve en su busca después de una larga espera, debe asumir su deshonrosa reputación para hacer justicia y conseguir el perdón que tanto necesita.
Para ella, no poder navegar es sinónimo de muerte en vida, pero enfrentarse a sus actos tampoco es fácil. Menos aún si estos desencadenan su peor pesadilla.
Un mítico tesoro, un sueño de juventud, una venganza personal y treinta y un días para llegar a una isla evanescente marcarán el rumbo de su navío para demostrar que es una verdadera pirata».

Narrada en primera persona por nuestra protagonista, Taryn, la historia transcurre en el océano y en los treinta y un días que tarda la tripulación en alcanzar la isla evanescente que se menciona en la sinopsis. Treinta y un días en los que Trayn aprenderá mucho más de sí misma de lo que ella cree en un principio, como que el perdón que más necesita es el suyo propio y que existe un grupo de personas a las que puede llamar familia.
El mundo construido por Andrea, a pesar de los tintes de ficción histórica, es un mundo de fantasía en el que existen las islas mágicas y los monstruos marinos, pero, como ya estamos acostumbrados en estas historias, de nuevo el peor monstruo con el que nos encontramos es un ser humano.

Como ya he adelantado, llegué a este libro por los piratas, un tema del que no creo que me canse nunca, pero me quedé en ella por los personajes. Unos personajes con sus defectos, sus miedos y sus pesadillas. Porque ni Taryn, ni Tharses, ni Xenia, ni siquiera el pequeño Jim, son perfectos, y eso los hace más humanos y los convierte en gente que se te mete muy dentro y a los que no puedes echar por más esfuerzos que hagas.