sábado, 4 de enero de 2020

Crónicas del Mar I: Venganza

Este libro me llamó por su portada y la idea de la aventura pirata, pero me enamoró por sus personajes y por su mensaje más importante:

No existe hombre con fuerza suficiente como para someterte a sus deseos,
pero sí lo bastante necio como creer que puede.

Venganza es la primera parte de una bilogía de ambientación pirata titulada Crónicas del Mar, escrita por Andrea D. Morales y publicada en 2019 por uno de mis nuevos descubrimientos: Ediciones Freya. Se trata de una absorbente y emocionante historia de aventuras marítimas, con tintes de fantasía y de ficción histórica. Una historia en la que, a pesar de ser conscientes de que no son las mejores personas del mundo, aprendes a querer a casi todos los personajes como si fueran parte de tu familia.

Con 414 páginas y una llamativa cubierta por parte de Eicinic, además de unos preciosos detalles interiores, la sinopsis de la obra es la siguiente:
«El código pirata castiga con la muerte a aquel marinero que ha cometido un acto de deslealtad. Taryn es una traidora a ojos del mundo, por lo que se ve obligada a huir de todo lo que conoce, y a refugiarse en la Isla Latrones, para vivir en el anonimato y convertirse en una persona completamente diferente. Cuando el pasado vuelve en su busca después de una larga espera, debe asumir su deshonrosa reputación para hacer justicia y conseguir el perdón que tanto necesita.
Para ella, no poder navegar es sinónimo de muerte en vida, pero enfrentarse a sus actos tampoco es fácil. Menos aún si estos desencadenan su peor pesadilla.
Un mítico tesoro, un sueño de juventud, una venganza personal y treinta y un días para llegar a una isla evanescente marcarán el rumbo de su navío para demostrar que es una verdadera pirata».

Narrada en primera persona por nuestra protagonista, Taryn, la historia transcurre en el océano y en los treinta y un días que tarda la tripulación en alcanzar la isla evanescente que se menciona en la sinopsis. Treinta y un días en los que Trayn aprenderá mucho más de sí misma de lo que ella cree en un principio, como que el perdón que más necesita es el suyo propio y que existe un grupo de personas a las que puede llamar familia.
El mundo construido por Andrea, a pesar de los tintes de ficción histórica, es un mundo de fantasía en el que existen las islas mágicas y los monstruos marinos, pero, como ya estamos acostumbrados en estas historias, de nuevo el peor monstruo con el que nos encontramos es un ser humano.

Como ya he adelantado, llegué a este libro por los piratas, un tema del que no creo que me canse nunca, pero me quedé en ella por los personajes. Unos personajes con sus defectos, sus miedos y sus pesadillas. Porque ni Taryn, ni Tharses, ni Xenia, ni siquiera el pequeño Jim, son perfectos, y eso los hace más humanos y los convierte en gente que se te mete muy dentro y a los que no puedes echar por más esfuerzos que hagas.

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