viernes, 10 de marzo de 2017

El Chico de las Estrellas

Muchas veces los libros me piden que les compre y les lea. Me llaman desde la estantería de la librería y me dicen "Oye, estoy aquí. Seguro que te gusta leerme". Y hay algunos que se hacen oír sobre otros.

El Chico de las Estrellas es un libro de 207 páginas escrito por Chris Pueyo y publicado por Destino en 2015. Es lo que me gusta llamar una autobiografía poética, y espero que a estas alturas de la vida hayáis dejado de asociar la Poesía al verso. Además, algo que me encanta: está escrito en azul. Podría coleccionar libros escritos en tinta azul simplemente por eso.

La sinopsis del libro es la siguiente:
«¿Tienes el valor de ser tú? Porque no hay cura para dejar de ser quien eres.
Érase un niño que jamás vivió más de dos años seguidos en una misma casa, así que decidió pintar las paredes de todas sus habitaciones con estrellas. Su rechazo al colegio y una familia inusual le empujarán a emprender un viaje donde no todo serán constelaciones y pedirle deseos a la luna. Es hora de bajar al barro, equivocarse con una princesa y terminar encontrando a un príncipe... ¿o no?
Sus ansias de libertad, tres antídotos de supervivencia y unas botas plateadas le acompañarán por un mundo muerto donde los sueños llegan descalzos y despeinados a ninguna parte».

Dado que el libro es autobiográfico, podríamos pensar en un principio que está escrito en 1ª persona, pero no. La narración se alterna entre la 1ª y la 3ª persona, estableciendo un equilibrio perfecto. Además de la tinta azul, el formato es llamativo: la aparición de negritas, cursivas, frases y palabras apartadas, juego con los párrafos y los tamaños, un capítulo entero escrito en minúsculas... Es una libertad de formato que no sólo proporciona al texto una belleza estructural, sino que evoca una libertad apelada en toda la historia.
Es un libro escrito, aparentemente, en forma de capítulos, pero estos capítulos son en realidad relatos individuales con cierto nexo de unión. No tenemos exactamente una estructura temporal, viajamos continuamente hacia atrás y hacia delante en la línea temporal. Por tanto, a la hora de leerlo, tenemos la calma de poder leer cada capítulo como un relato, y poder disfrutarlo más.

Respecto al argumento, sólo voy a decir que es un llamamiento a la libertad y a la aceptación de uno mismo. Y ya suframos los mismos problemas que el protagonista o no, nos ayudará a comprendernos y a fomentar nuestro amor propio.

Sólo me queda una última cosa por decir:

Gracias, Chris Pueyo

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